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Rubalcaba dice que no se irá el 20-N como Almunia y cree que recorta terreno al PP

Tuvo que hacer frente en Twitter a acusaciones de «traición» y preguntas sobre su credibilidad

LAURA L. CARO

¿Está preocupado por el caso por corrupción que involucra a José Blanco? «No». ¿Derogará el concordato con la Santa Sede? «No». ¿Quién ha sido mejor presidente, Zapatero o Felipe González? «Eso es como lo de (a quién quieres más) a papá o mamá...». Trepidante ayer la versión «ciber» de Alfredo Pérez Rubalcaba. El candidato socialista se sometió en la madrileña sede del PSOE de Ferraz a una twitter-entrevista —9 segundos por respuesta, equivalente a los 140 caracteres de un tuit—, que resultó ser algo así como uno de esos concursos contrarreloj, pero sin opción al pasapalabra. Aunque Rubalcaba pasó dos veces de contestar, para evitar una vez más precisar qué hará si pierde las elecciones.

No despejó si con una derrota intentará ser secretario general del PSOE, ni con qué resultado se consideraría «inhabilitado» para seguir. Emplazó la respuesta para el 20-N. «Soy reflexivo», se excusó. Pero a cambio sí dejó claro algo: «Esa noche no me iré». El interrogante de un internauta era si dimitiría ante una debacle en las urnas, como Joaquín Almunia en 2000. «No, eso no...», dijo, para recordar que «difícilmente» tiene de qué dimitir, ya que es «candidato».

Los 961 ciudadanos que enviaron 2.393 preguntas al encuentro virtual no ahorraron cuestiones comprometidas. Tampoco el moderador, el consultor Antonio Gutiérrez-Rubi, que puso a Rubalcaba a dar explicaciones sobre sus presuntos avances en esta carrera electoral. El candidato había dicho que ahora está «corriendo la recta final y recortando terreno». «¿Cómo lo sabes?», le inquirió. «Te lo digo yo»; «¿y por qué tenemos que creerte?», «los partidos tienen formas de saber lo que está pasando, el candidato siente cómo esta su gente y te digo que estamos recortando», fue el resto del diálogo.

Rubí trasladó al candidato un mensaje que le acusaba de traición y dos que se preguntaban por qué dar crédito a quien ha tenido oportunidad de aplicar medidas que ahora defiende y no lo hizo. Rubalcaba habló de las «mil caras» de esta crisis cambiante y de que «hemos tenido que hacer cosas muy duras, pero gobernar a veces es duro». El candidato se quejó entre bromas de las limitaciones del formato que le impedían desarrollar argumentos y reveló una propuesta sobre el fraude fiscal: «Elevaré los años de prescripción de los delitos fiscales de 5 a 10 y prohibiré pagar en efectivo facturas de más de 3.000 euros» para poner coto al dinero negro.

Por la tarde, Rubalcaba acusó desde Gijón al PP de suponer «un retroceso de los derechos civiles» y aseguró que no permitirá «ni un paso a tras» en el derecho de la mujer a interrumpir su embarazo, a «que cada uno se case con quien quiera» y a «decidirse a morir sin dolor».

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