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ABC Cultural

Kore-eda y Julie Delpy, juegos de familia

El director japonés viene dispuesto a ganar una Concha de Oro con «Milagro»

Kore-eda y Julie Delpy, juegos de familia EFE

E. RODRÍGUEZ MARCHANTE

Al director japonés Hirokazu Kore-eda este festival le debe una (Concha) y ayer vino dispuesto a cobrársela. Su película «Milagro» contiene todo el habitual catálogo de virtudes del cine de este hombre, además de una nueva: la mirada amable. No cambia de ... mundo…, la familia, la infancia, la vejez…; ni de perspectiva, coloca la cámara a la altura de los niños de la historia…, pero endulza de amabilidad su mirada y sólo permite que la amargura sea sospechada fuera de campo, en la zona de adultos. Se centra en dos hermanos que viven separados, uno con su madre y otro con su padre, en dos ciudades diferentes y que pronto estarán unidas por el tren bala. Por si alguien lo ignora, cuando dos trenes balas se cruzan se le cumplirá un deseo a quien lo pida : ése es el mcguffin de la película de Kore-eda, y el resto es descripción y emoción a media altura, recogida con mucho sentido del humor (está llena de ocurrencias infantiles sobre la penosa vida de los adultos) y con todo el desparpajo de que son capaces sus protagonistas, Koki Maeda y Oshiro Maeda, dos hermanos muy populares, al parecer, de los programas infantiles de la televisión. «Milagro» es una película con dos capas , dos sabores, aunque sólo una de ellas está a la vista, pero no es difícil paladear a lo lejos el sutil regusto de infelicidad controlada en el contraplano de esos niños.

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