TRILINGÜISMO

Sabemos que España es el país con peores competencias lingüísticas de todos los países occidentales, y la carencia idiomática no afecta sólo a nuestros estudiantes, sino que por el contrario es un mal que aqueja a toda nuestra sociedad. En la Comunidad Valenciana resulta prácticamente imposible encontrar un empleado de taller o un camarero de origen español, que sea capaz de atender debidamente en inglés. Así, cuando en un restaurante solicitamos una carta en inglés, o no existe, o caso contrario el camarero que nos la explica proviene de algún país del Este de Europa. La Consellería de Educación se ha enrolado en una vorágine de construcción de centros públicos que ahora ni puede pagar, ni puede mantener, y en lugar de plantear medidas de reequilibrio del presupuesto, la primera propuesta que aparece tras las elecciones es un modelo trilingüe que pretende convertir en angloparlantes a no menos de veinte mil docentes. Quien sea el nuevo conseller de Hacienda tendrá que hacer ver cuál es el coste de la solución planteada, y con toda probabilidad poner en evidencia la inviabilidad de su puesta en marcha. No es época de golpes de efecto. Es momento de sensatez, austeridad y optimización de recursos.