Otra Champions en Colonia

El Barcelona cerró el Alemania el fin de semana soñado. Menos de veinticuatro horas después de que el fútbol llevara a las vitrinas del club su cuarta Liga de Campeones, la sección de balonmano tampoco falló y prolongó la fiesta comenzada en Londres al conquistar el máximo título continental, el octavo en su historia. En la final fratricida entre españoles, la cara amarga fue la del Ciudad Real.

Después de la decepción de la pasada edición ante el Kiel, Iker Romero se sacó la espina. Aunque tuvo un papel testimonial, pudo cumplir su deseo y, tras levantar la Liga, se despidió como campeón de Europa después de ocho temporadas como azulgrana. El lateral comenzó a aclimatarse en Colonia a lo que le espera la próxima temporada, en la que militará en el Fuchse Berlín. A más de 500 kilómetros de allí el vitoriano puso el broche de oro a su paso por el Barcelona, en el que deja una veintena de trofeos.

La fuerte defensa y la espléndida actuación de Daniel Saric resultaron claves para que el Barça recuperara una corona que se le resistía desde hace ya seis años, cuando derrotó, entonces a doble partido, a los ciudadrealeños. Las estadísticas reflejan 22 paradas del guardameta, que terminó por amargar la tarde a Kallman. Le detuvo cinco de sus seis lanzamientos y los 19.000 espectadores que abarrotaron el Lanxess Arena le despidieron con una ovación de gala. Pero el portero bosnio también tuvo protagonismo en ataque en el primer acto al sorprender a Hombrados desde lejos y anotar un inesperado gol.

El choque estuvo muy equilibrado durante los primeros veinte minutos (10-10), pero Jesper Noddesbo se encargó de romper esta igualdad. El danés, con ocho goles, se convirtió en el verdugo del Ciudad Real.

Xavi Pascual unió su nombre a los de Xesco Espar (2005), y Valero Rivera 1991, 1996, 1997, 1998, 1999 y 2000) como entrenadores que han dado la Liga de Campeones al Barcelona.