Zapatero dice que los acampados son «pacíficos y merecen respeto»

Al PSOE le sorprende ver a los de Mariano Rajoy tan a la defensiva —«están bastante nerviosos», señaló la portavoz del Comité Electoral, Elena Valenciano—, mientras que a los socialistas les está resultando más fácil tararear la música política, no la letra, que se expande desde la Puerta del Sol de Madrid y otras capitales. «Hay que escuchar, hay que ser sensibles», había dicho José Luis Rodríguez Zapatero por la mañana, aunque pasó más desapercibida su defensa de la «democracia representativa y de partidos». Y es que el Gobierno está preocupado de que el asunto de las acampadas se le vaya de las manos cuando tenga que hacerle frente, a partir del lunes 23 de mayo.

Las propuestas realizadas por Democracia Real Ya (DRY) son difíciles de llevar a la práctica, por más que Valenciano, José María Barreda, Tomás Gómez, Eduardo Madina, Carme Chacón y otros coquetearan ayer con los indignados. Por ejemplo, es difícil reformar el sistema electoral para que la obtención de representación esté más ligada al porcentaje de voto. Algo a lo que hasta ahora han venido negándose los dos grandes partidos y, sobre todo CiU y PNV, porque eso significaría un ascenso espectacular de IU y el fin de la actual relación de fuerzas parlamentarias.

Anoche, en el penúltimo mitin de esta campaña electoral, ante 3.500 personas congregadas en el pabellón de Expocoruña, lo primero que resaltó Zapatero «es que es una protesta pacífica y merece nuestro respeto», en alusión a las críticas que se están dirigiendo al Ejecutivo por no disolver la concentración de Sol incumpliendo los mandatos de la Junta Electoral Central. Acto seguido, se dirigió a ellos para recordarles su defensa de la democracia de partidos, y no la asamblearia: «Todas las mejoras que hacen falta a los jóvenes, especialmente el empleo, se consiguen trabajando y votando». Es así, insistió, como se desarrolla la «exigencia crítica a los gobernantes».

uvo también palabras de réplica a la canciller alemana, Angela Merkel, que ha propuesto que los países del sur de Europa trabajen más, tengan menos festivos y se jubilen más tarde. «Los españoles trabajan algo más de la media de los trabajadores europeos y, en concreto, tres horas más que los trabajadores de un país tan poderoso como Alemania», dijo poniendo voz al malestar del Ejecutivo socialista.

El líder del PSOE anunció que el Consejo de Ministros aprobará hoy «medidas de apoyo» a la industria del automóvil gallego. Esa es la seña de identidad de esos jóvenes que protestan en la calle y que reclaman «legítimamente» un empleo. «Y os puedo asegurar que el empleo va a llegar», insistió, si se sigue por la senda actual de crecimiento económico ordenado, que no vuelva a tener que ver con burbujas inmobiliarias y sí con el I+D+i. Frente a eso, el PP «juega a que las cosas que nos han pasado les hagan a ellos buenos. Y eso es imposible porque les conocemos».

En la tierra de Rajoy, Zapatero apostó a que el líder del PP volverá a perder porque España quiere dirigentes que estén «a las duras y a las maduras» y no se limiten a poner zancadillas al adversario. No vale, por ejemplo, la «doble moral» de hacerse fotos con inmigrantes —ayer Rajoy en Cataluña— y no desautorizar las declaraciones «xenófobas» de líderes como Alberto Fernández Díaz o el candidato a la Alcaldía de Badalona.