Mariano Rajoy ha denunciado este domingo en Madrid que los socialistas están desarrollando una campaña basada en «mentiras», «insultos huecos» e «intentos de provocación» por la que pretenden «enfangarlo todo», pero a la que él va a hacer «oídos sordos». Así se ha manifestado el líder del PP en un mitin ofrecido junto a Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, en el que se ha hablado muy poco de políticas municipales y autonómicas y mucho del Gobierno de la nación.
Rajoy intenta contrarrestar el mensaje de los socialistas en el sentido de que la situación económica actual es producto de las políticas de los gobiernos populares del periodo 1996-2004, idea a la que se vienen aferrando en las últimas semanas. «Ningún español quiere mentiras», ha dicho el líder popular para agregar que los socialistas «no han tenido el cuajo de decir lo que han hecho mal, que es lo que hace un gobierno sensato y democrático». Cada «mentira del PSOE sobre la crisis ha sumado un nuevo parado», ha añadido.
Por contra, los socialistas pretenden «enfangarlo todo» mientras al mismo tiempo «se pelean entre ellos, se lían entre ellos, se insultan entre ellos» inmersos en el proceso sucesorio de Zapatero.
Esperanza Aguirre ha sido la única que ha mencionado la presencia de Bildu en las elecciones, atribuyendo la responsabilidad al Gobierno al afirmar que Zapatero «nos ha engañado a todos y ha permitido que ETA esté en las instituciones» que será, sin duda, un argumento muy parecido al que emplee esta tarde desde Guadalajara el ex presidente del Gobierno José María Aznar, de mitin en la capital alcarreña.
Por su parte Gallardón, —que, como Aguirre, no ha citado en ningún momento a su directo adversario en la contienda del 22-M, en su caso Jaime Lissavetzky— señaló que las elecciones locales y autonómicas significan el inicio de una nueva etapa, de una cambio de ciclo.









