El chivatazo lastra a Rubalcaba con la sucesión

Las actas de las negociaciones del Gobierno con ETA intervenidas al jefe de la banda Javier López Peña, «Thierry», conocidas ayer, complican el futuro del vicepresidente Primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, como sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero y aportan además al PP nueva munición contra él. De hecho, los populares redoblaron sus exigencias para que dimita u ofrezca de inmediato una «explicación verosímil» sobre el «caso Faisán». En caso contrario, aseguran, los ciudadanos conocerán solo la versión de ETA, que apuntaría a que el soplo policial en plena tregua tenía como objetivo frustrar la operación contra la red del cobro del «impuesto revolucionario» que dirigía Joseba Elosúa.

Particularmente delicada para el también ministro del Interior es la afirmación que, según ETA, hizo uno de los negociadores del Ejecutivo, revelada ayer por «El Mundo»: «Se les ha comunicado a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, a la Ertzaintza y a la Policía francesa que no hagan detenciones y ha sido muy difícil hacerlo (sabiendo que la Guardia Civil solo obedece al Duque de Ahumada) pues esas órdenes no se pueden dar por escrito». Este entrecomillado, unido al hecho de que, según ese emisario del Ejecutivo, Rubalcaba fue nombrado para «blindar» el proceso, le sitúan en una situación difícil, ya que en ese blindaje se incluiría ordenar a las Fuerzas de Seguridad que no cumplieran con su papel.

Aunque durante la etapa de Rubalcaba al frente de Interior se ha conseguido situar a ETA en su situación de máxima debilidad y han caído de forma sucesiva todas las cúpulas de ETA, lo cierto es que el chivatazo supone un auténtico baldón para su imagen y sería una baza muy importante para sus adversarios.

La portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó que «las actas de ETA dicen lo que dicen», mientras Pérez Rubalcaba «se ha negado reiteradamente» a ofrecer en el Congreso la versión del Ejecutivo. Desde su punto de vista, el ministro del Interior tiene «ahora la obligación legal y moral de dar una explicación que resulte creíble». Por eso, le pidió que no vuelva a recurrir a las «artimañas» que, en su opinión, ha venido utilizando para «burlar» las preguntas de su grupo. Sáenz de Santamaría instó a Rubalcaba a que aproveche la nueva oportunidad para dar explicaciones que le brindará este miércoles el diputado Ignacio Gil Lázaro.

El secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, fue más allá al exigir la dimisión inmediata del ministro del Interior, toda vez que las actas demuestran que Rubalcaba «pudo haber colaborado políticamente con ETA». A su juicio, «cada minuto que pase Rubalcaba en Interior compromete un poco más a Zapatero en el caso Faisán». Para González Pons, «el problema para Rubalcaba es que lo que dice ETA coincide con lo que investiga la Audiencia Nacional». Dicho esto, añadió que estas investigaciones judiciales dejan «con las vergüenzas al aire» al fiscal general del Estado

En la misma línea, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, dijo que «cada día hay más pruebas» de que lo ocurrido durante las negociaciones con ETA en 2006 «fue absolutamente repugnante y nauseanbundo», por lo que es necesario que todo este asunto se aclare.

Para la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, si se confirma la veracidad de las notas intervenidas a «Thierry», Rubalcaba debe cesar de todas sus responsabilidades en la lucha contra ETA. Asimismo, dirigió su mirada hacia Zapatero, quien también está obligado a dar explicaciones.