Gadafi se enroca
Algunos dirigentes árabes creen que un golpe de suerte para Gadafi podría cambiar también su propio destino en sus países. Piensan que un hipotético éxito de Gadafi detendría esta sorprendente cadena de sublevaciones en la región. Pero no solo se equivocan, sino que fían su suerte a la de un personaje que se ha cerrado todas las escapatorias. Con su actitud, Gadafi da pruebas de que no medita una salida al estilo Mubarak o Ben Alí, lo que significa que seguirá causando dolor a los libios y justificando que la comunidad internacional extienda su castigo no solo al tirano que bombardea a su pueblo, sino a quienes le ayuden.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete