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Rajoy decidió prescindir de Cascos a sabiendas de que podría dejar el PP

La medida, que no fue debatida en el comité de dirección del partido, se tomó en noviembre después de una ronda de consultas del líder popular

Rajoy decidió prescindir de Cascos a sabiendas de que podría dejar el PP DE SAN BERNARDO

CRISTINA DE LA HOZ

Francisco Álvarez-Cascos no encajaba en el proyecto que Mariano Rajoy inició en el congreso de Valencia de junio de 2008, basado, entre otras cosas, en una «regeneración tranquila» que busca «nuevos valores deseosos de asumir las responsabilidades de la España del siglo XXI», resume para ABC un estrecho colaborador del líder el PP, todavía silente respecto al portazo del que fuera histórico dirigente popular. El rumbo que se inició entonces sigue su marcha hacia un partido «de centro derecha moderno, abierto, reformista, patriota y volcado en trabajar desde la concordia» y en ese camino «hay que ser humildes, no sólo ahora, sino cuando nos toque gobernar».

Y si Cascos no representaba ese relevo generacional tampoco anduvo muy sobrado de humildad a la hora de abordar la cuestión de su candidatura, a decir de sus detractores. «Nos forzaba a tener un cristo en Asturias que no compensaba. Su proyecto era de enfrentamiento, de hacer lo que le diera la gana» y muchos en la dirección nacional, de manera muy especial su secretaria general, María Dolores de Cospedal, no parecían dispuestos a darle carta blanca en una organización ya fragmentada que, con Cascos o sin él, necesitará de una profunda remodelación interna cuando toque congreso regional.

Las resistencias a la figura de Cascos sumaban adeptos en la sede nacional del partido, pero no sólo entre el equipo más reciente de Rajoy, sino también, y de manera muy especial, entre muchos de sus antiguos compañeros de Gobierno con los que compartió reuniones de Consejo de Ministros. Y ha sido la reacción airada de Cascos, su decisión de dejar las siglas para las que trabajó con lealtad más de tres décadas de su vida, lo que «ha consolidado la idea de que no era el mejor candidato para empujar junto a los demás en el partido», aduce un colaborador de Rajoy. «Los apoyos que pudiera tener dentro del partido se han venido abajo», agrega otro destacado dirigente.

Rajoy dejó entrever a finales de noviembre por dónde podía ir su decisión cuando, en plena fiesta por los resultados catalanes, aseguró que la apuesta por «candidatos nuevos» como Alicia Sánchez-Camacho, Alberto Núñez-Feijóo y Antonio Basagoiti había demostrado que «los cambios han sido útiles y necesarios». Fue en noviembre cuando se tomó la decisión de excluir a Cascos, cuestión que nunca se sometió a debate del comité de dirección del partido. Rajoy fue preguntando a los suyos y se limitó a escuchar. Desde septiembre comenzó a sobrevolar por Génova «el mensaje de que si no le hacíamos candidato se presentaba por su cuenta y evaluamos esa posibilidad». Pero lo que nunca pensaron, admiten, es que en tan solo 48 horas el que fuera mano derecha de Aznar diera un sonoro portazo. «Nos equivocamos porque creíamos que iba a estar un tiempo en el partido». Donde sí va a seguir es en el Patronato de FAES, la Fundación presidida por José María Aznar , uno de sus valedores para que fuera candidato en Asturias.

Silencio oficial

Salvo contadas excepciones, Génova ha optado oficialmente por el silencio, aunque muchos esperan que al menos el lunes de la próxima semana Rajoy haga en la reunión de la ejecutiva del partido algún comentario de lo acontecido. Ayer no hubo reunión del comité de dirección popular y fue el vicesecretario de Política Territorial, Javier Arenas, el que desde la localidad onubense de Moguer señalara que lamentaba la decisión del ex vicepresidente pero «no voy a entrar en polémica con compañeros y ex compañeros de partido». Arenas, que fue uno de los dirigentes populares que públicamente más había elogiado la figura de su ya ex compañero de filas, dijo estar convencido de las posibilidades electorales de su partido en el Principado de Asturias.

También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, había apostado sin ambages por la candidatura de Cascos. Ayer no habló ella, de viaje fuera de Madrid, sino su segundo, Ignacio González, para quien la marcha del ex secretario general, provocada por la penúltima muestra de autoridad de Rajoy, «es una decisión que nunca debería haberse producido. Creo que es mala para Asturias y para España, y para el PP tanto de Asturias como a nivel nacional». Cascos, agregó, «es sin duda uno de los grandes referentes del PP, al que ha dedicado 34 años. Es una pérdida muy importante».

«Felonía indigna»

Tampoco faltó algún ajuste de cuentas con la historia. Este fue el caso del vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras, que dijo que la actuación de Cascos siendo secretario general del partido «no tenía nada que ver con la democracia intena». Recordó que le «obligó a dimitir» cuando presidía el PP de Cataluña a pesar de sus buenos resultados electorales. «Ejerció de brazo ejecutor», declaró a Ep. También calificó de «muy poco presentables» y «fuera de tono» sus declaraciones sobre el PP nacional y sobre su disponibilidad de liderar un nuevo partido en el Principado. Afirmó además que le parecería una «felonía indigna», aunque auguró que el «descrédito» del ex ministro sería «total» y supondrá en breve un «fin lamentable a su carrera política».

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