«La gestión total de los impuestos es la condición para pactar en Madrid»

—Pero, la crisis...

—Pero tanto o más que la crisis ha influido el hartazgo de muchas cosas, el tripartito o que una fuerza política como ICV, a los que defino de comunistas teñidos de verde, han impuesto una política medioambiental que ha diezmado al mundo rural. El PP no estaría a los puntos que está de ventaja del PSOE sino fuera por la crisis. Es más, dada la que está cayendo tendrían que estar disparados.

—Además de líder del grupo parlamentario de CiU, es presidente de la comisión de Exteriores del Congreso, ¿qué opina de la cancelación del viaje del presidente del Gobierno a la cumbre iberoamericana?

—Es compatible no eludir responsabilidades internacionales y al mismo tiempo pilotar la salida de la crisis. Otra cosa es que sea él quien esté detrás de esas medidas.

—¿Qué quiere decir? ¿Sugiere que no son suyas?

—En general son medidas que salen de CiU. La ampliación de la libertad de amortizaciones para las empresas es una propuesta nuestra, la presentamos en Zurbano y la he defendido en mil ocasiones. El único que ha hecho referencia en la Cámara a que al Estado todavía le quedan fuentes de ingresos a través de su presencia en organismos o empresas públicas, entre ellas loterías he sido yo.

—No parece que le impresione el despliegue de gestos de Zapatero.

—El subsidio de paro es demasiado largo y no incentiva la búsqueda de trabajo. Facilita el fraude, por ser simplemente una política pasiva y no estar mezclada con políticas activas. Eso habría que combatirlo con una reforma del subsidio. Por otro lado, la reforma del sector financiero no acaba de tener sus efectos. Sé que Fainé dice que las cosas están bien hechas y en línea correcta. Fainé es uno de los grandes cerebros económicos de este país, pero me temo que habrá que darle una segunda vuelta a la fusión de cajas y cuanto antes se haga mejor.

—Artur Mas plantea un concierto económico...

—No se trata de un concierto, es un nuevo pacto fiscal.

—Que usted deberá defender en Madrid...

—No hay nada en la Constitución que lo impida. ¿Porqué va a impedir recaudar y gestionar el cien por cien de los impuestos especiales cuando ya gestionamos el 58%? ¿Porqué va a impedir la gestión total del IRPF si ya gestionamos el cincuenta por ciento? —¿Es una condición para pactar en Madrid?

—Evidentemente. Es un compromiso para Cataluña que se extiende al conjunto de la política española. Nosotros no vamos a dar ningún paso significativo en política española más allá del día a día si la política española no se implica con nosotros.

—¿Cuáles serán los primeros pasos del Gobierno de CiU en Cataluña?

—Nuestro tejido empresarial ha quedado muy dañado con la crisis, con un 18 por ciento prácticamente de paro. Tenemos un fracaso escolar del treinta por ciento. Nos enfrentamos a una difícil situación financiera en la Generalitat. Está la sentencia del Constitucional, que ha descolocado las pretensiones que tenía puestas Cataluña en el Estatuto. Cataluña, como toda España, tiene una crisis de valores profunda. Hay un afán de amparar y promover el laicismo, de expulsar el hecho religioso de la sociedad. Angela Merkel dice que el problema de Europa no es que haya mucho Islam sino que hay poco cristianismo.

— ¿Ha notado un cambio de actitud por parte del PSOE tras la contundente victoria de CiU?

—Lógicamente he tenido actitudes muy receptivas, antes incluso de la noche electoral, porque ellos ya veían venir la debacle de su partido. Claro que voy a votar a Zapatero la libertad de amortizaciones o la regulación de las agencias privadas de ocupación. Yo conocí esas medidas económicas del Gobierno antes de que se presentaran en el Congreso. Pero nuestra política no va a cambiar.

—¿Le gustaría ser «conseller en cap»?

—Hoy la trinchera que me toca defender es la de los intereses de Cataluña en Madrid, que no excluye los intereses del conjunto de la sociedad española. Quien tiene que formar gobierno es Artur Mas. Puedo asegurarle que hasta ahora no hemos tenido ningún tipo de conversación.