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Charlene, recuerdo de Grace Kelly

La futura Princesa de Mónaco traerá al Principado los renocadores aires de una heroína moderna y deportiva

Charlene, recuerdo de Grace Kelly REUTERS

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Futura Princesa, Charlene Wittstock (Bulawayo, Rhodesia, 1978) aportará al Principado de Mónaco algo muy semejante a lo que aportó la madre de su futuro esposo, Grace Kelly: el aura de una imagen cosmopolita, anunciando la profunda metamorfosis de un reino con siete largos siglos de historia. Grace de Mónaco era una gran estrella de Hollywood cuando el Príncipe Rainiero le pidió que fuese su esposa y abandonara su carrera de actriz, para iniciar una nueva carrera como Princesa y ofrecer a la leyenda de los Grimaldi nuevos hijos y herederos: Carolina, Alberto, Estefanía. Con Grace Kelly caían también sobre Mónaco y la Costa Azul el aura y las leyendas de Hollywood, Alfred Hitchcock, Cary Grant...

Estaba cambiando la imagen de Mónaco en la nueva geografía mundial del lujo, el ocio y los placeres cosmopolitas. El Príncipe Rainiero había enterrado el viejo Mónaco de príncipes rusos y antiguas dinastías de una Europa difunta. Con Charlene Wittstock llegará a Mónaco el aura y las leyendas de un nuevo mundo... Gran atleta olímpica, con una prometedora carrera truncada por el amor y una lesión en el hombro, la nadadora sudafricana se instaló en el palacio familiar bajo el manto de una heroína de nuevo tipo: menos glamour y más deportiva, menos alta costura y más «combates humanitarios». El Mónaco de la Princesa Grace y el Príncipe Rainiero todavía era un reino encantado, tocado con la gracia artificial de las leyendas cinematográficas, inmortalizadas por alguna película de la pareja Grace Kelly/Cary Grant. El Mónaco de la Princesa Charlene es un reino cuya nueva fisonomía económica, política y cosmopolita está siendo forjada por el Príncipe Alberto. Rainiero tuvo que combatir y terminar triunfando en unas aguas pobladas de tiburones financieros, inmobiliarios y políticos que llegaron a soñar con «comprar» Mónaco. Alberto ha tenido que transformar la economía del Principado, abierto a las turbulentas aguas de la nueva geografía financiera mundial. La Princesa Grace aportó la nota majestuosa a la historia de su patria de adopción. La Princesa Charlene aportará una nota olímpica a su nueva patria, tras haber seguido cursos intensivos de francés y convertirse al catolicismo, indispensable para ser Princesa de Mónaco, que tiene históricas relaciones con el Vaticano.

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