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Los clamorosos «bandazos» del Gobierno

El presidente Zapatero reivindicó el domingo que su Ejecutivo no «cambiaba» ni «improvisaba» medidas, una aseveración que un mínimo de memoria histórica desmonta

«Ni bandazo, ni cambio» . Así arengaba el presidente del Gobierno el pasado domingo su política económica en un singular baño de multitudes en Elche, frente a alcaldes y cargos electos socialistas que jalearon su defensa enconada del plan de ajuste fiscal que había diseñado el Ejecutivo y aprobado en Consejo de Ministros sólo cuatro días antes. José Luis Rodríguez Zapatero respondió a esa salva de aplausos con un nuevo «golpe», el que reservaba el Boletín Oficial del Estado (BOE) el lunes: el Gobierno incluía en el decreto anticrisis aprobado el jueves 20 de mayo la prohibición desde hoy mismo para todos los ayuntamientos de pedir créditos con la finalidad de evitar que se endeudasen a largo plazo. La iniciativa pilló, como no podía ser de otra manera y hoy reconocen sin ambages dirigentes socialistas como el barón autonómico José María Barreda, con el pie cambiado a muchos regidores que veían cómo en el exiguo margen de 24 horas muchos de sus proyectos se iban al traste. 24 horas para cambiar el BOE y permitir este año los créditos municipales: Ante el malestar evidente, y también soterrado -algunos regidores amenazaron en «petit comite» con abandonar las listas del PSOE y circunscribirse en listas independientes-, que la iniciativa provocó en el seno de los consistorios, el Ejecutivo ha vuelto a rectificar hoy con una ristra de modificaciones al BOE de ayer , que ha vuelto a publicar en el mismo boletín oficial. La fundamental, sin duda, se deja sin efecto el plazo dado ayer y el periodo durante el cual los ayuntamientos no podrán pedir créditos será desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2011. Hasta entonces, sí, lo que ha permitido respirar aliviado a más de uno. Sin embargo, ésta sólo ha sido para muchos la última piedra de un largo camino de un Gobierno que ha jalonado la difícil coyuntura económica -una vez reconocida abiertamente- con improvisación, descoordinación y precipitación. Aumento de los años de cotización de ida y vuelta, en tres horas: Otro de los grandes «bandazos» del Gobierno que adquirió relevancia internacional fue la corrección, en el plazo de tres horas, de documento de Actualización del Programa de estabilidad que el equipo económico de Zapatero remitió a Bruselas . En ese texto, se recogían «deslices» como el aumento a 25 años del cálculo de cotización . Ante el revuelo generado, Economía se desdice en tres horas, da marcha atrás y dice que sólo es una medida en estudio.

El sueldo que sí se baja de los funcionarios: No hay bandazos tampoco para los responsables gubernamentales en las palabras de Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda, cuando admite que puede contemplarse un «decretazo» para la congelación salarial de los funcionarios . La vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega se ha comprometido a no tocar esas retribuciones a los empleados públicos. La titular de Economía secunda la medida. ¿Se ha interpretado mal a Ocaña? Casi dos meses después, hay bajada generalizada de sueldos a los funcionarios, entre un 0,56 y un 7% según el plan de ajuste del Gobierno. En ese decreto aprobado el pasado jueves el equipo de Zapatero aprueba, a golpe de presión del Ecofin de Bruselas del que acababa de regresar la ministra Elena Salgado, el mayor recorte social de la democracia , ése que el propio Zapatero ha enarbolado como bandera del Gobierno socialista y con talante que representa. Pero la realidad tozuda se impone y a estos recortes se añade el retraso en un año de todas las obras públicas planificadas por el ministro José Blanco. Impuestos «a los que más tienen», no por ahora: La descoordinación se apodera en la semana del «tijeretazo» del Gobierno español y se escenifica en el hemiciclo. Zapatero, desde la Cumbre de América Latina y El Caribe que se celebra en el recinto ferial Ifema, lanza su guiño al lado izquierdo del Congreso y admite que su Ejecutivo se dispone a subir los impuestos «a los que más tienen» , dice, una petición que desde grupos como ERC e IU-ICV llevan entonando desde casi la misma explosión de la crisis. A pocos metros, en la Carrera de San Jerónimo, los periodistas asaltan al titular de Trabajo, Celestino Corbacho, que niega que esté en la agenda ese aumento impositivo, como también lo ha hecho Elena Salgado. Zapatero ha enmendado la plana a ambos, pero un día después no hay ni rastro de la tasa a los ricos en el decreto-ley que se pone sobre la mesa del Consejo de Ministros. La confusión peregrina durante todo el día por Ferraz y La Moncloa, y hasta por el Twitter del PSOE, que retira el anuncio ya publicado en 140 caracteres de que el Gobierno subirá los impuestos a aquellos que atesoren un patrimonio de más de un milllón de euros. ¿Reducirán las primas a renovables?: ¿Dónde quedan los bandazos? A este vaivén de tesis, de anuncios retirados y de medidas que unos corean y otros no secundan, el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, le pone nombre: «Decimos lo mismo, sólo que con palabras distintas». Sea así o no, la ciudadanía no entiende esos mensajes en apariencia diferentes. Ni la opinión pública ni tampoco empresas como las compañías productoras de energías renovables, que al rumor extendido desde Moncloa de que iba a reducir las primas estatales con carácter retroactivo le contestó la Bolsa con notables caídas. Ante tal revuelo, tuvo que salir a la palestra el ministro de Industria, Miguel Sebastián, a «corregir» que a medio plazo el Ejecutivo las eliminaría pero no con carácter retroactivo.

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