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HACIÉNDOTE PREGUNTAS

«Conversar, hacernos preguntas, es la base del mundo»

Entrevista con el escritor y guionista Albert Espinosa, cuyo último libro es 'No esperaba nada y lo encontré todo'

Puedes ver los capítulos, tanto de esta tercera temporada, como de las anteriores en este enlace.

https://youtu.be/5iQ0dUf27sM

Hola a todos. Soy Albert Espinosa, escritor y guionista, y vengo a 'Haciéndote Preguntas' a hablar de felicidad, optimismo y superación.

Albert, te he escuchado decir que aprendes mucho de los niños de mi edad. ¿Qué es lo que te puedo enseñar yo?

Yo creo que lo más curioso que tenéis los niños es que siempre preguntáis. Es algo que a mí me encanta. Por ejemplo, yo llevo una pierna ortopédica y siempre que voy a una piscina, vienen todos los niños a mirarla. Cuando se acercan los niños, les cuento cómo es la pierna, ponen la cabeza en la parte donde yo pongo el muñón… Yo creo que esa sensación tan rápida de entender qué significa una pierna en tu vida cambia todo. Te voy a enseñar la pierna porque a mí me parece más curioso. Yo te puedo hablar de una pierna, pero si no te la enseño es muy difícil que lo entiendas. ¿Ves? Esta es mi pierna. Cuando un niño ve tu pierna, en realidad, pierde cualquier tipo de miedo porque ve que es algo normal. ¿Tú habías visto antes una pierna? ¿Pero la has tocado alguna vez?

No.

¿Te atreverías?

Sí… ¡Hala!

Eso es lo que me encanta de los niños. Yo creo que cuando un adulto te toca la pierna no dice '¡hala!'. Los niños lo véis todo de otra manera. Entonces, yo creo que el próximo día que veas otra pierna no tendrás nervios o miedo. Y dirás: «Hala, una pierna como la de Albert».

Estuviste diez años metido en un hospital. ¿De verdad que no tuviste miedo?

Yo entré con 13 años en el hospital y primero conocí a mi médico de hospital. Vino una noche, me dio una libreta y me dijo: «Albert, en esta libreta quiero que apuntes las cinco preguntas que tienes cada día y que encuentres en este hospital a cinco personas que te las puedan responder». Yo le pregunté por qué y él me dijo: «Porque los miedos son dudas no resueltas». Entonces, obviamente, tenía muchos miedos porque tenía muchas dudas no resueltas. ¿Me van a cortar la pierna? ¿Cómo seguiré sin pierna? ¿Cómo es la quimioterapia?

Contaste tu historia a través de la serie 'Pulseras Rojas', que, además, fue un auténtico éxito. ¿Por qué lo hiciste?

Lo hice porque en el hospital teníamos un pacto de vida. Morían muchos chavales, y cada chaval hacía una lista de deseos. Eran 150 deseos de niños de entre diez y dieciséis años, y los he ido cumpliendo todos o casi todos. Me faltan dos. Entre los deseos más repetidos había uno que era: que alguien cuente nuestra historia. Como se repetía tanto, y tuve la gran suerte de poder escribir, decidí hacer una serie que reflejase todo lo que había sido nuestra vida.

¿Tienes contacto con alguno de tus antiguos amigos del hospital?

Nosotros éramos 68 chavales en total. Murieron 67, todos menos yo. Quizá lo más difícil en mi vida ha sido entender por qué sólo sobreviví yo. Pero aquellas vidas que vi marchar jamás me han parecido tristes. Creo que he tenido la gran suerte de repartirme sus vidas, de tenerlas dentro de mí. La pena es que no vieron todo lo que creamos con nuestra historia.

Yo creo que, por nuestra naturaleza y forma de ser, nunca pensamos en los enfermos ni en los hospitales. Pero no pensamos porque creemos que no nos va a tocar. ¿Cómo podríamos sensibilizar más, o sensibilizarnos todos más, de que esto nos puede pasar en cualquier momento?

Hay que entender que todas las personas que están en el hospital ahora mismo, para mí, están alumbrando el mundo. Yo tengo la gran suerte de visitar cada semana a niños. La semana pasada murió una niña increíble que se llamaba Ona. Llevaba seis años luchando contra el cáncer y tenía unas ganas de vivir que emocionaba. Yo siempre les digo a esos niños que alumbran el mundo, que le dan cuerda, aunque la gente no lo sepa. Su madre tuvo el detalle precioso de llamarme cuando Ona ya se estaba muriendo, cuando le quedaba media hora porque le estaban dando los cuidados paliativos. Poder disfrutar media hora de Ona... Para la gente sería una persona enferma, pero para mí es una persona sabia. Me contaba cosas maravillosas que había sentido durante la enfermedad. Fue muy bonito que se pudiera despedir al lado de su madre, dándole la mano y hablando conmigo. Tuve la sensación de ser un privilegiado. Y yo creo que eso es lo bonito, que muchas veces la gente piensa que son enfermos, pero son sabios. Cuando tienes un amigo con cáncer, mucha gente me pregunta: «¿Qué hago? ¿Cómo le ayudo?» Yo siempre digo lo mismo: «Dedícale 15 minutos a la semana, un jueves a las cuatro y media. Pero, eso sí, durante 18 meses, que es lo que dura el proceso de quimioterapia, operación …». Lo amarás más. Él te amará más. Y, sobre todo, descubrirás la grandeza que hay tras una enfermedad. Al final, te cuentan tantas cosas que te ayudan que te hacen ver tus problemas de manera diferente.

Eres una persona muy curiosa. ¿Cómo encuentras respuesta a tantas preguntas?

Hay una frase muy bella que dice «cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el universo y te cambia todas las preguntas». Yo creo que eso es vivir. Te cambian las preguntas y hay que encontrar nuevas respuestas. Yo creo que conversar, lo que estamos haciendo aquí, hacernos preguntas, es la base del mundo. Estar abierto a todo y creer en la bondad del ser humano.

En tu historia personal, hay pérdida, dolor, tristeza... ¿Cómo eres capaz de expresarlo y de transitar en ella con tan buen humor?

Porque yo creo que el dolor y la tristeza, y todo esto que dices, forman parte de mi vida y de la vida de todos. Siempre cuento que cuando me cortaron la pierna pensamos qué hacer y, finalmente, la enterré. Curiosamente, eso me dio la posibilidad de decir una frase que poca gente puede decir, y es que ya tengo un pie en el cementerio. Y como perdí la pierna izquierda, también me ha dado la posibilidad de levantarme siempre con el pie derecho. Y esto es un premio añadido. Creo que se encuentra el buen humor en las pérdidas cuando se convive con ellas, y no encuentras una tristeza. Si ahora te digo que mañana te cortan la pierna, tú veras 500 cosas negativas. Cuando vives con ello, encuentras 500 cosas positivas.

Albert, vámonos con alegría. Enséñanos cuál es tu fórmula secreta para ser feliz.

Yo siempre digo que mi fórmula secreta es que quien piense que la felicidad existe está equivocado. Lo que existe es ser feliz cada día. La gente me pregunta si tiene que sufrir una enfermedad para explicar las cosas que yo explico. No. Realmente no. Yo creo que puedes aprender teniendo una vida bella, sin haber sufrido. Se trata simplemente de empatizar con esos problemas, de escuchar y de aprender de otros. Mi fórmula secreta es: vive en tiempos muy cortos, sé muy insistente y muy luchador, y acepta que perderás cosas, pero que, al final, las ganarás a posteriori.

En la Fundación Universitaria San Pablo CEU creemos que el conocimiento y la formación nos ayudan a vivir una vida plena (humana y profesional). Con ese propósito nació 'Haciéndote Preguntas', un ecosistema de contenidos audiovisuales que busca ayudar a las personas a tomar mejores decisiones en su vida, con información y opinión de calidad.

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