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25 años de El Ejido: «Puede volver a pasar mañana»

Un cuarto de siglo antes de Torre Pacheco, tres asesinatos a manos de dos marroquíes encendieron la mecha en la capital de los invernaderos de Almería. Tiempo después, se ha doblado el porcentaje de inmigrantes, crece el número de riñas y lesiones y las agresiones sexuales en una población que sigue sin estar cohesionada. «La identidad es una bomba de relojería»

El Gobierno exprime la crisis de Torre Pacheco

Inmigrante de regreso a casa al finalizar una jornada en el 'mar de plástico' de El Ejido AFP
Chapu Apaolaza

Chapu Apaolaza

Enviado especial a El Ejido (Almería)

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Entre el plástico blanco de los invernaderos que asedian El Ejido, el muro de cal blanca resulta indistinguible, pero esa es la tapia del cementerio. Entrando, a la izquierda, abre una pequeña y fresca oficina con un acuario sin agua, una impresora y un ... sepulturero vestido de azul añil que se llama Pedro y que teclea un nombre en el ordenador. «A esa chica la enterramos aquí; de eso estoy seguro». Entonces, le cambia el gesto, satisfecho, y recorta la esquina de un folio en la que escribe un código de letras y números que le sirve como el mapa de la tumba que buscamos. Andamos por entre un silencio de ocho mil y pico muertos que solo rompe el zumbido de una mosca gorda y verde que nos sobrevuela como un dron. De pronto, Pedro se detiene y extiende la mano.

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