Túnez se convierte en destino «low cost» para operaciones de reconstrucción himen
Clínicas privadas de estándares europeos y precios competitivos, causas del auge de las himenoplastias en el país magrebí

Las playas de Túnez están vacías, pero las clínicas privadas se han convertido en todo un reclamo para las jóvenes musulmanas de todo el mundo que acuden al pequeño país del Magreb para someterse a una himenoplastia, operación de cirugía en la que se reconstruye el himen. El triunfo de las revoluciones y la caída de los tiranos han traído cambios políticos, pero el peso de la tradición sigue siendo fundamental en las sociedades musulmanas donde la virginidad femenina es una especie de peaje para el matrimonio y la aceptación social.
«La reconstrucción del himen se ha convertido en una necesidad para la mujer árabe», asegura la doctora británica Linda Briggs al portal Tunisia Live. Briggs ofrece la oportunidad de operarse en el Reino Unido o en Túnez donde «los estándares de la sanidad privada son herencia de los franceses y por eso es un destino importante para el turismo médico». Otro motivo a tener en cuenta es el coste de la operación que en el país magrebí ronda los 700 euros , mientras que en Europa el precio se triplica.
La operación en el país magrebí cuesta 700 euros, en Europa el precio se triplica
El diccionario de la Real Academia define el himen como un «repliegue membranoso que reduce el orificio externo de la vagina mientras conserva su integridad», pero para las mujeres que solicitan esta operación es mucho más que una simple membrana. La intervención dura apenas tres horas y se realiza con anestesia local , no es necesario periodo de hospitalización y en un plazo de 48 horas la paciente puede realizar vida normal.
La doctora tunecina Henda Afaiedh lleva 18 años dedicada a la ginecología y realiza esta operación porque «la virginidad no debe ser un criterio para decidir si una mujer es buena o no», afirma en una entrevista mantenida con Tunisia Live.
Tema tabú
En muchos países musulmanes es un tema tabú y algunos religiosos consideran esta operación como islámicamente incorrecta, pero para Afaiedh «la religión lo permite , yo soy prácticamente y pienso que no hay razón que obligue a la mujer a asumir en exclusiva la responsabilidad de haber perdido la virginidad. El Islam prohíbe el sexo antes del matrimonio a ambos sexos». El treinta por ciento de sus pacientes acuden para testar el estado de su virginidad y ninguna duda en someterse a la operación en caso de ser necesario.
El director Jamel Mokni llevó la cuestión al cine en 2010 en su documental «Himen nacional» donde se abordaba la doble moral que rodea a estas operaciones en Túnez y la presión que sufren las mujeres. Con Zine El Abidine Ben Ali se llegó a proyectar en las salas tunecinas, pero tras el triunfo de la revolución, las nuevas autoridades islámicas vetaron su difusión . Un aviso para lo que pude ocurrir también con esta forma de turismo médico al que recurren cada vez más mujeres
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