La Conferencia Episcopal francesa reconoce la responsabilidad institucional de la Iglesia en el escándalo de los abusos

A los pocos días de conocerse esos datos, el Papa Francisco manifestó públicamente su «vergüenza» ante unas revelaciones excepcionalmente graves. El informe Sauvé ha centrado además la segunda reunión anual de los obispos franceses, que arrancó el pasado martes en Lourdes. Los prelados del país galo han consagrado íntegramente el encuentro a escuchar a muchas víctimas y a estudiar una respuesta institucional a las revelaciones sobre agresiones sexuales y pedofilia en el seno de la Iglesia, durante medio siglo.

Dos días antes de la finalización de ese encuentro, monseñor Eric de Moulins-Beaufort, presidente del Episcopado francés hizo públicas ayer las primeras conclusiones: «La Conferencia Episcopal reconoce la responsabilidad institucional de la Iglesia . Tales acciones fueron posibles en un contexto general de disfuncionalidad y de mentalidades y prácticas dentro de la iglesia, que necesitan del reconocimiento de nuestra responsabilidad institucional».

Las palabras de monseñor Eric de Moulins-Beaufort eran en toda regla un «mea culpa», un acto de contrición colectiva , de los obispos y arzobispos de Francia, asumiendo una responsabilidad histórica entre una tragedia colosal.

Tras el reconocimiento de la responsabilidad institucional, la Conferencia Episcopal Francesa abre ahora una nueva página para la historia de la Iglesia. Desde hace meses, la Iglesia francesa había comenzado a estudiar alguna forma de «contribución financiera» que no fuera una «indemnización» si no una suerte de ayuda no solo moral a muchas víctimas. Esa indemnización económica –aún por evaluar y realizar, a partir del año que viene– estaría financiada por donaciones particulares de obispos, sacerdotes, católicos o personas interesadas.

Al histórico reconocimiento de la responsabilidad institucional de la Iglesia en los casos de abusos, deberá seguir ahora un proceso de posibles reformas «pilotadas» por la Conferencia Episcopal Francesa, en estrecha colaboración con el Vaticano.

La Iglesia de Francia estudia con detenimiento las 45 proposiciones del Ciase, que plantean cuestiones de extrema gravedad para el funcionamiento práctico de la institución, más allá de las fronteras nacionales. A juicio de esta comisión independiente, la Iglesia de Francia debería realizar «reformas institucionales de fondo», que pudieran afectar al secreto de la confesión , a la posible participación de laicos en la gestión no solo administrativa de la Iglesia, la creación de un «organismo independiente» destinado a «vigilar» la «buena marcha» institucional, la incorporación de mujeres en cargos de responsabilidad, etc. Cuestiones de inmenso calado, más allá del histórico escándalo de los abusos durante los últimos cincuenta años.