Religión
La devoción a Consolación, más viva que nunca
Miles de peregrinos se han acercado hasta el santuario de la patrona de Utrera

Desde hace algunas semanas las fuerzas de seguridad habían avisado que este año se esperaba un aumento importante del flujo de peregrinos que iban a llegar hasta las puertas de Consolación en la noche del 7 al 8 de septiembre. Utrera disfruta su feria, pero muchos de las personas que llegan caminando hasta la localidad de la campiña proceden de poblaciones cercanas, que se han multiplicado este año al coincidir el día 8 de septiembre con domingo.
Durante toda la noche el paseo de Consolación, la vía de entrada a la sede de la patrona de Utrera, fue una auténtica riada de personas, que acudían a este lugar mágico para seguir con una tradición que iniciaron sus padres y abuelos y que ellos siguen realizando cada 8 de septiembre. El atuendo deportivo, un chaleco reflectante y una vara para que el caminar fuera más agradable, era el uniforme de la mayoría de estos peregrinos, que salían del santuario con una expresión de satisfacción inconfundible en el rostro.
Poco a poco la zona cercana al altar de la Virgen de Consolación se poblaba de flores de todos los tipos y colores, una de las salas del patio se iluminaba con cientos de velas encendidas por los devotos, mientras que las colas se multiplicaban para acceder al camarín para ver lo más cerca posible a la «del barquito en la mano».
Muchos utreranos hacían una pausa en los días de diversión en el recinto feria para acercarse a la virgen, mientras grupos de peregrinos de localidades como Los Palacios, Alcalá de Guadaira, Los Molares o Mairena del Alcor llegaban para ver a la virgen sin ni siquiera pasar por la feria de Utrera. Una vez más el grupo más numeroso llegaba la vecina localidad de Los Palacios, por lo que se activó un dispositivo de seguridad en las carreteras de la zona, para evitar accidentes. Este año además, Protección Civil instaló una carpa en uno de los laterales del santuario para atender las posibles incidencias a la llegada de la peregrinación.
A las 24.00 comenzaban los actos litúrgicos en el interior del templo con el simbólico encendido de la lámpara, a la 1.00 llegaba una masiva eucaristía con el santuario a rebosar de personas, mientras que ya a las 12.00 del domingo, se celebraba la función solemne.
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