El Distrito Aeroespacial de Sevilla: 24.000 viviendas, zona productiva y una laguna

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz y el Consejero de Industria, Jorge Paradela, presentaron oficialmente ayer el proyecto en la Casa Consistorial. Un proyecto que ha sido frenado en varias ocasiones desde que los terrenos fueran añadidos en el Plan General Urbanístico en el año 2006 debido a motivos medioambientales. y con el que verá la luz la esperada SE-35 como una vía verde. Esta autovía, cuya redacción del proyecto ya se encuentra adjudicada, era crucial para poder desarrollar los nuevos barrios que en total suponen mil hectáreas.

El distrito colinda con Sevilla Este, el aeropuerto y Torreblanca y se caracteriza por su carácter híbrido que brinda el carácter residencial y productivo hacen del distrito un lugar 'multiusos' que caracteriza a los modelos de ciudad moderna en la que Sevilla se quiere convertir. La cercanía con el aeródromo sevillano es lo que ha despertado el interés por estos terrenos que, además, al implicar que se dote de servicios sus inmediaciones favorecerá la accesibilidad de usuarios y trabajadores al mismo. Asimismo, ayudará a crecer aún más la industria aeronáutica en Sevilla, referente nacional e internacional, donde están presentes 100 de las 150 empresas del sector.

José María Cárdenas es el arquitecto a cargo del Distrito Aeroespacial. Aunque todavía es pronto para fijar plazos de actuación, se espera que las licencias de proyecto básico para las viviendas estén antes de final de año, ya que el proyecto de urbanización está muy avanzado a falta de aprobación final.

El barrio principal gracias al cual se podrán desarrollar los contiguos, es el de Santa Bárbara, que además concentra más de la mitad de la cartera total de viviendas, unas 14.000. Un barrio que a parte de su carácter residencial, se convertirá en centro de la actividad empresarial del sector aéreo. Sus 375 hectáreas se dividen en cinco sectores, siendo el quinto el que funcionará como locomotora económica del barrio. Las viviendas y servicios como centros comerciales, hoteles u oficinas estarán distribuidos por el resto de zonas.

El sector 1 ya cuenta con un proyecto de urbanización casi definitivo, encontrándose inmersos en el diseño de las 400 primeras viviendas de las 3.100 que habrá; casi 2.000 de ellas serán protegidas. Unos terrenos que eran propiedad de Sareb hasta que los comprara la promotora Vía Ágora. El segundo sector es uno de los motivos principales por el que el proyecto no ha prosperado en años. Aquí se ubica la Laguna del Sapo, unos humedales naturales por los que asociaciones ecologistas llevan velando años impidiendo la urbanización de la zona. El Ayuntamiento ha propuesto integrarlo en el barrio protegiendo la laguna como un territorio de dominio hidráulico. Una vez cuenten con los informes favorables de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se comenzará a tramitar obras de los edificios residenciales.

El sector 4 cuenta con una aprobación urbanística provisional, mientras que el tercero continúa a la espera. Aunque todavía es pronto para fijar plazos de actuación, la intención es que las licencias de proyecto básico para las viviendas estén antes de final de año. Por otra parte, el sector 5 de Santa Bárbara, el que aglutina la actividad económica, está a la espera de un último impulso por parte de la gerencia de Urbanismo. A partir de ahí comenzarán todos los trámites de urbanización para que al llegar el verano de 2026 esté todo ordenado y licitado.

La adecuación de la SE-35 al anillo verde, un cinturón de 42 kilómetros de parques que rodearán la ciudad, ha sido determinante para que este proyecto pudiera salir a flote. De esta forma la autovía que se proyectó a principios de los 2000 para gestionar todo el arco este de Sevilla, pasa a llamarse SE-Verde. La vía presentaba problemas en su trazado, esencialmente porque cruzaba zonas verdes, además de no tener su carácter definido.

En un primer momento se imaginó una gran autovía con cuatro carriles a cada lado que llenaran los casi 110 metros de ancho que presenta el viario; un modelo de movilidad que en los tiempos que corren resulta impensable. Es por eso que el proyecto ha precisado de una revisión de dicho tramo -de unos 2,5 kilómetros de longitud- que corta Santa Bárbara y llega hasta la Nacional IV. La nueva carretera presentará un carácter más amable que la inicial autovía de 8 carriles. Estará pensada tanto para el peatón, el ciclista como el turismo aunque siguiendo el criterio actual en el que lo que prima es cómo se articula el transporte público. De hecho se espera que las futuras líneas de metro o tranvía que lleguen al barrio sirvan también como antesala del ansiado proyecto de conexión del aeropuerto de San Pablo con Santa Justa.

A su vez, la SE-35 estará conectada con el enlace de la A-4 y la SE-20; una actuación que ya está en marcha y que une ambas carreteras sin usar la carretera A-8008, lo que mejora la comunicación con el aeropuerto de San Pablo, ya que es la principal vía de conexión entre ambos. La conexión de la SE-35 con dicho enlace cuenta con un presupuesto de 70 millones de euros.