Ser primeros de grupo para no tener un principio del camino eliminatorio espinoso. Era el objetivo lo cumplió a la perfección ante un rival, Eslovenia, correoso y difícil como ya había previsto Joan Cañellas. España fue fiel a su papel de campeona del mundo y entra por la puerta grande en las eliminatorias tras superar a Eslovenia y más por 30-26. [Así hemos contado el España-Eslovenia en directo]
El luminoso ya indicaba el minuto tres cuando llegó el primer gol, un extremo, Ugalde, puso el 1-0 a favor de España. Que Ugalde fuera quien abriera el marcador era síntoma de que estaban funcionando las cosas en defensa. Férrea con Morros y Guardiola como las torres indestructibles, afianzaron la posición española atrás, y Pérez de Vargas se encargó de los últimos coletazos esovenos. Gran actuación del toledano en la primera parte con hasta doce paradas desde todos los puntos de vista, con todas las partes de su cuerpo, hasta con dos penaltis, los goles de la sangre fría.
El toledano tuvo más que sus rivales, a los que desquició mientras hacía volar a los suyos hacia el ataque. Así se desmarcó Ugalde con tres tantos, pero también envalentonó a Antonio García o a Julen Aginagalde. Por fin descubierto el pivote, España estuvo muy segura, a pesar de que no acabaron de irse en el marcador hasta los últimos minutos de la primera mitad. Contentos con la actuación, confiandos en seguir así, los de Cadenas se marcharon al estuario con cuatro goles de ventaja, que pudieron ser más de no ser por Prost, portero esloveno.
No obstante, la confianza no quedó minada a la salida de la segunda parte. Rivera volvió a demostrar que para ganar a esta selección española, cada vez más campeona, se tiene que hacer mucho mas que lo que hizo Eslovenia. Lo intentó con Gajic por el extremo, con Miha Zvizej desde el pivote, con los movimientos rápidos y ágiles que temía Cañellas. Pero no fue suficiente. Los cuatro goles de diferencia se mantenían constantes en el marcador.
Y si Pérez de Vargas fue la estrella en la primera media hora, Alex Dujshebaev revolucionó el ataque en sus primeros minutos. Dos goles, una asistencia, forzar una exclusión, recuperar un balón tras un contragolpe esloveno. Ideas frescas en una selección que mantiene la tradición de jugar en bloque y divertirse como un buen grupo de amigos.
El camino de rosas en el que se convirtió el partido encontró un espina en la expulsión de Gedeón Guardiola por un manotazo en la cara a un rival. Una dificultad de la que solo salen las grandes selecciones, como España, que suplió la falta de una de sus torres con peones rapidísimos en sus recuperaciones, triangulaciones y pases. Rivera y Tomás desde el extremo, y la solidaridad de todos en defensa, pudieron con la superioridad eslovena en número, que no en calidad.
España, más campeona que nunca, supera a Eslovenia y encara con confianza las eliminatorias, con Túnez como posible rival en octavos.
