a toro pasado
¿Miedo o resignación?
En materia de empleo no sé qué es más importante, si el miedo a perderlo o la confianza en su recuperación
El Gobierno decía esta semana, literalmente, que hace uno, dos o tres años la sociedad española tenía miedo a perder el empleo, pero que el atisbo de recuperación contribuye a que se esté perdiendo. Lo justifican en la esperanza de una inmediata recolocación.
No estoy tan seguro. Podría ser, incluso, que el miedo haya dejado paso en una amplia capa de la población a algo peor, como es la resignación. De entrada, me temo que los únicos que ya no tienen miedo son los que ya lo han perdido. Los que han perdido el trabajo, quiero decir. En eso sí estaríamos de acuerdo. Segundo, en materia de empleo no sé qué es más importante, si el miedo a perderlo o la confianza en su recuperación. Y digo confianza y no esperanza, pues el empleo cada vez depende más de cada cual y no tanto de los demás. No creo que esa confianza sea general. Tercero, quien confía, consume; y quien desconfía, se esconde. Y el consumo hace tiempo que se escondió.
Por el contrario, hay otro miedo a perder el empleo, bien entendido, que incluso tiene algo de favorable, como es la intensidad que lo suele acompañar. Al menos, hace pocos años todos nos alegrábamos del menor absentismo laboral. Sin embargo, como todo, también tiene su límite. Esa intensidad se acaba por agotar si el tiempo transcurre y todo sigue igual. A partir de ahí, muchas personas sólo se pueden resignar.
Juan Ignacio Sanz es director executive master en Corporate Finance de ESADE
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