tribuna
José Delicado Baeza
Imposible condensar en unas líneas la ingente actividad pastoral de D. José, a lo largo de una vida, 87 años, 63 de ellos entregado totalmente a servicios pastorales en la Iglesia. Ya presbítero, de los primeros en la Diócesis de Albacete, ocupó cargos importantes de responsabilidad en el Seminario, la Enseñanza, la Catedral y Vicaría General. Sin descuidar ya desde entonces la publicación de escritos, más de 25 densos libros, de todos los temas actuales, sobre todo inmediatamente después del Vat. II. A los 42 años es nombrado Obispo de Tuy-Vigo, siendo uno de los obispos más jóvenes postconciliares de España. Seis años más tarde, comienza su servicio pastoral como arzobispo de Valladolid, que se prolongó durante 27 años. D. José ha sido en dos ocasiones vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y miembro de varias Comisiones, Clero, Enseñanza y Catequesis (presidente), Seminarios y Universidades; Consultor de la Congregación de Sacramentos y Culto Divino.
Como arzobispo de Valladolid, reestructuró y puso en marcha organismos y consejos, promulgó Directorios, instauró en la Diócesis el «diaconado permanente» y «el orden de las Vírgenes», fomentó la pastoral de la Iglesia de Castilla y de la Región del Duero con diversos escritos, planes pastorales, reuniones de obispos y de arciprestes en Villagarcía de Campos… Es el promotor desde 1989 de la Fundación y exposiciones «Las Edades del Hombre», la más espléndida muestra cultural de la Iglesia en Castilla-León. Inauguró el «Centro de Espiritualidad del Corazón de Jesús», clave para toda la actividad pastoral y de reflexión personal de la diócesis y de diversos encuentros de obispos, movimientos, familias religiosas, ejercicios espirituales …de gran parte de España. Erigió, reformó, y edificó Centros Parroquiales necesarios ante la expansión de la ciudad. Son numerosos sus escritos, sus pastorales, sus cartas (unas 1500) sobre todos los temas del Concilio y de actualidad en nuestra sociedad…
Pero ante todo, D. José demostró su gran calidad humana mostrándose positivo, dialogante, «humilde», austero y accesible para todo el mundo, especialmente para los pobres y enfermos; con una gran serena responsabilidad ante los retos y las dificultades, algunas muy complejas, que tuvo que afrontar: nunca pensaba en las posibles consecuencias para su persona, únicamente decidía teniendo presente a la Iglesia y al bien de su diócesis. Siempre mantuvo una profunda piedad y vida interior. Ha muerto como vivió: en una residencia sencilla, rodeado de los humildes, donde era uno más, pero muy querido y admirado por todos.
**Vicente Vara es el actual rector de l Basílica de la Gran Promesa
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