Josep Borrell, sobre la rebelión de los Wagner: «Rusia ahora es un riesgo por la inestabilidad interna en el seno de una potencia nuclear»

«La conclusión del debate es clara: continuar apoyando a Ucrania más que nunca. Hay que apoyar e incrementar todo tipo de asistencia pero en especial la militar«, ha afirmado en rueda de prensa desde Luxemburgo, donde los ministros de Exteriores de los Veintisiete han discutido en persona por primera vez la rebelión protagonizada por las fuerzas paramilitares rusas.

En este sentido, Borrell ha insistido en la idea de «doblar el apoyo en equipamiento y entrenamiento» para el Ejército ucraniano para garantizar el éxito de la contraofensiva que lanzó hace unas semanas para recuperar territorio en el sur y el este del país.

Más concretamente, el jefe de la diplomacia europea ha abierto la puerta a aumentar la capacidad de entrenamiento de la misión de la UE que ya ha adiestrado a 24.000 reclutas ucranianos, en distintos puntos del continente y que se lanzó con el objetivo de entrenar a 30.000 antes de final de año, un objetivo que Borrell ha dado por hecho.

«Incluso después del final de la guerra seguiremos apoyando a Ucrania para aumentar su capacidad de Defensa tanto militar como industrial«, ha insistido, sobre el apoyo a largo plazo de la UE a Kiev.

En todo caso, tras el levantamiento de los mercenarios de Wagner en Rusia, en un pulso a las autoridades políticas y militares, el Alto Representante ha señalado que la UE seguirá «vigilante» y ha reconocido que estos acontecimientos ponen en entredicho la credibilidad de Putin.

Para Borrell la crisis de los últimos días es una muestra de «debilidad». «Es lo menos que puedo decir: el sistema político tiene grietas y mientras que antes nos enfrentamos a Rusia como una amenaza por su fuerza, ahora es un riesgo por la inestabilidad interna y fragilidad en el seno de una potencia nuclear», ha afirmado el exministro español.

«La visión que tenemos de Rusia es distinta», ha reconocido el responsable de Exteriores de la UE, tras señalar que el bloque no tiene nada que ver con el levantamiento de los mercenarios pero debe analizar la situación y trabajar ante futuros escenarios en el país.

Respecto al impacto que la revuelta puede tener en el campo de batalla, Borrell ha indicado que tiene «lógicamente» repercusiones positivas para Kiev. «Si tu adversario entra en combate en distintas partes, es evidente que eso es una cosa positiva desde el punto de vista de las operaciones militares», ha expuesto.

«Si en un bando hay discordias internas, lógicamente esto beneficia al otro», ha argumentado, señalando el papel del grupo Wagner no solo en el frente de Ucrania sino como operador de seguridad ruso en países como Mali o República Centroafricana.

La rebelión de los paramilitares del grupo Wagner, liderada por el jefe de la organización, Yevgeni Prigozhin, comenzó a última hora del viernes con la toma de la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército ruso, con la intención de dirigirse hacia Moscú para pedir explicaciones al Ministerio de Defensa por matar presuntamente a sus hombres en un bombardeo.

En pleno pulso con el Kremlin y a pocos cientos de kilómetros de Moscú, el convoy dio media vuelta en la tarde del sábado gracias a la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en un acuerdo para parar la revuelta, amnistiar a los mercenarios y mandar al exilio a Bielorrusia a Prigozhin.

Por su lado, el Gobierno ruso ha asegurado que el grupo paramilitar liderado por Prigozhin seguirá operando en República Centroafricana y Malí tras la revuelta de los mercenarios que obligó a Moscú a poner a sus fuerzas en estado de alerta a lo largo del fin de semana.