Viaja de Guatemala a Barcelona y cuestiona la relevancia de un monumento emblemático de la ciudad: «No lo entiendo»

En el vídeo, que acumula más de 134.000 visualizaciones, Boggdan comienza diciendo: «Opinión no popular de Barcelona... no entiendo su turismo», mientras muestra la Casa Batlló. «Venir a ver estas casas, con esta arquitectura que... si está particular, si está bonita, pero no lo entiendo, solo lo miro y ya... no es el tipo de turismo que a mi me gusta», manifiesta el creador de contenido.

Tras la publicación, los usuarios de la red social no tardaron en revelar su opinión sobre la crítica al monumento. En ese sentido, 'lacasadelesxuxes' comentó: «verdad??? Como en Roma, que todo son piedras». Mientras que 'reaperdyrt' manifestó con humor: «voy a ver la muralla china pero solo la miro y ya, bro que esperabas cenar con Gaudí??». Por otro lado, muchas personas se mostraron en contra de la opinión del creador de contenido y manifestaron su amor por la arquitectura de la Ciudad Condal: «Yo tengo diez años viviendo en Barcelona y me sigue fascinando todo lo que hay en esta hermosa ciudad. Sigo 'turisteando' feliz», confesó 'bren77fa'.

A partir de 1860, con la aprobación del Plan Cerdà, Barcelona inició una transformación urbanística significativa donde el Paseo de Gracia se perfiló como el eje principal de esta renovación. Durante el siglo XIX, la calle se transformó en un paseo para peatones y coches de caballos, y a partir del siglo XX, en una avenida principal para automóviles.

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Originalmente, el edificio que hoy conocemos como Casa Batlló fue construido en 1877 por Emilio Sala Cortés, uno de los profesores de arquitectura de Gaudí, en una época en que Barcelona aún no contaba con luz eléctrica. No obstante, en 1903 el industrial textil D. Josep Batlló y Casanovas, propietario de varias fábricas en Barcelona y destacado hombre de negocios, adquirió el edificio y concedió total libertad creativa a Antoni Gaudí para llevar a cabo una reforma en el edificio, que en principio se preveía que sería un derribo total. Sin embargo, Gaudí cambió la demolición por una transformación integral cambiando completamente la fachada, redistribuyendo la tabiquería interior, ampliando el patio de luces y convirtiendo el interior en una auténtica obra de arte, una remodelación que no solo aumentó el valor artístico del edificio, sino que también incorporó una funcionalidad avanzada a su tiempo.