Tarde cruenta, con una grave cornada de Juan Mora y otra de Paco Ojeda
BURGOS. La corrida fue de lo más cruenta: Paco Ojeda resultó cogido por el primero de la tarde al ejecutar un muletazo. En el sexto -la corrida había quedado en un mano a mano por el percance del sanluqueño-, al ejecutar una estocada, Juan Mora, que había toreado francamente bien, quiso atar la posibilidad del triunfo, después de dos pinchazos, y fue atropellado de forma impresionante. En el recuerdo de todos los que hemos visto la brutal cogida estaba la gravísima cornada de Jaén, que el pasado mes de octubre le puso a las puertas de la muerte.
En este sexto toro había toreado con largura y temple. Seguramente, ha realizado la mejor faena de la Feria de Burgos, de las que yo he visto. Elevó el diapasón al final de su quehacer y, cuando había demostrado que la huella de ese anterior percance no existía, sobrevino este nuevo revés. Las dos orejas fueron a las manos de uno de sus banderilleros. A pesar de que mató al tercer envite, las mereció con creces. Había estado voluntarioso en el segundo de la tarde. En la segunda tanda de derechazos se acopló, y luego sacó naturales buenos, aunque en forma de unipase. Después ligó más y la faena tuvo mérito, porque su rival se quedaba en el centro de la suerte.
Tuvo que matar al cuarto por cogida de Ojeda. Mora le suministró una faena sobre la derecha en la que predominaron la disposición y, a veces, el buen gusto. Con la zurda anduvo más bajo, pero consiguió un trofeo, ganado con fatigas.
César Jiménez veroniqueó con gusto al tercero. La faena de muleta la empezó de rodillas. En uno de los primeros muletazos estuvo a punto de ser revolcado de consideración. El joven espada se desasió de la res cuando el pitón le iba a alcanzar. Continuó esforzado y tesonero con un rival que iba al bulto, y, por eso, estuvo a punto de ser, por dos veces, entrampillado.
Mató al quinto, en vez de al último, por correrse el turno. Realizó un quite variado. La faena de muleta tuvo valor, formas galanas y la intención de torear, sobre todo con la izquierda, rematando atrás. Aunque tampoco mató a la primera, se le dieron las dos orejas y se ha creado una esperanza.
Paco Ojeda luchó contra el aire. Insistió cerca de los pitones con un toreo de cercanías y sobrevino el percance. Se quedó en el ruedo para matar a su enemigo.
Partes facultativos: Mora sufrió «una cornada en el tercio medio del muslo derecho, que le atraviesa la pierna, de pronóstico grave». Ojeda sufrió «una cornada menos grave en la axila derecha con desgarro de músculo y fascia de la zona anterior con contusión. Varetazo en el muslo derecho y tibia izquierda».
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