Cuestión de carácter
El PNV ha pedido «garantizar en lo posible» la integridad física de los concejales, después de que la edil Rosa Gabirondo fuera agredida en un pleno por su hijo, que la zarandeó, y por su hermano, que le dió un bofetón, siendo ambos militantes de HB. Noticia poco comentada ya, en un país con mil muertos por diferencias políticas.
Cuando un periódico europeo le preguntó hace poco a Arzalluz sobre la violencia política, éste respondió: «Es nuestro carácter». Por supuesto. Pero ya es hora de que no se resignen, o incluso exhiban con orgullo ese signo de identidad, ser «tan machos». Los demás, créannos, estamos cada día más hartos de quienes no saben discrepar de un modo civilizado y, si ellos no son capaces de poner orden en su casa de una vez por todas, en el sentido que sea, seremos nosotros los que acabaremos exigiendo la separación.
Pedro Aguilar Rojas.
Madrid.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete