Fraga sufre un desvanecimiento tras una intervención de más de una hora

El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, sufrió hoy un desvanecimiento tras llevar una hora y diez minutos leyendo su discurso de apertura en el Debate sobre el Estado de la Autonomía, lo que obligó a suspender temporalmente esta sesión plenaria.
Cuando Fraga fue perdiendo progresivemente el habla y sufrió un desvanecimiento, inmediatamente tres médicos que forman parte de la Cámara autonómica se acercaron a la tribuna para sujetarle. Así, el conselleiro de Sanidade, José Manuel González Alvarez; y los diputados popular Miguel Santalices y socialista Francisco Cerviño se acercaron a atender al presidente gallego, mientras desde los escaños se solicitaba un médico.
Manuel Fraga se empeñaba en no abandonar el hemiciclo, pese a la insistencia de los parlamentarios que le pedían que descansase. No obstante, el presidente gallego empezó a perder el equilibrio y su voz estaba prácticamente apagada, por lo que tuvo que ser sacado de la Cámara con ayuda de algunos diputados.
El presidente del Parlamento gallego, José María García Leira, dudó entonces unos minutos, pero finalmente decidió suspender temporalmente la sesión parlamentaria. Según los conselleiros de Cultura y Emigración, Jesús Peérez Varela y Aurelio Miras Portugal, Fraga permanece en el Área de Gobierno del Paralmento autonómico y está siendo atendido por el equipo del médico de la Cámara, así como por diputados y el propio conselleiro de Sanidade.
Según estas fuentes, el desmayo se produjo debido a la intensa agenda del presidente, aunque restaron trascendencia a este percance. No obstante, estos miembros del Gobierno gallego aún no han aclarado si el presidente gallego retomará su discurso o la sesión del Debate del Estado de Autonomía se suspenderá hasta la tarde.
Manuel Fraga, que en noviembre cumplirá 82 años de edad, se enfrentaba hoy a un discurso de más de 100 folios en el Debate sobre el Estado de la Autonomía, después de que ayer por la noche mantuviese un encuentro con el presidnete del PP de Ourense, José Luis Baltar, para intentar solventar la crisis del partido por la amenaza de escisión. El presidente gallego tuvo que suspender la pasada semana su agenda de trabajo debido a una gastroenteritis.
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