Tiempo de cantar
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A los artistas flamencos de ahora parece que les ha chillado alguna de esas madres farotas que habitan nuestras playas aquello de: “¡¡¡Vanessa del Carmen, no te vayas para lo hondo que te vas a ahogar, métete hasta el chochete nada más!!!”. Y es que ... el gran público no quiere saber de quejíos y melismas; de duendes y sonidos negros. El respetable pagache nada más que quiere el son agradable de la rumba y el compás vacilón del llamado flamenquito. Al personal no le cabe ni una pena más y para duquelas y dificultades ya tiene la vida misma con todo lo que le cuelga. Y en el comer, tres cuartos de lo mismo.
Si hay en esta ciudad unos profesionales de hacerlo pasar bien a la gente, ésos son los hermanos Alpresa. Curtidos en los 19 días y quinientas noches de todo tipo de celebraciones y saraos, esta buena familia traslada su concepto de vida animada a la mesa y abren estos días un costeado y elegante restaurante en el Arenal de Sevilla, barrio de tabernas y tablaos por excelencia.
En esta su casa, los Alpresa han huido de la decoración tópica de torería y flamencos, para ofrecer un espacio moderno y luminoso con dos alturas diferentes. Una gran sala baja donde todo gira en torno al concepto centrista de compartir con mesas altas y banquetas dispuestas para el plato al medio, y una planta superior con mesas y sillas para meterse en algo más serio y cabal.
Abundando en este concepto, aquí se trabaja una cocina cómoda y a la vez divertida. Siempre apoyada en lo tradicional y presentada para pasar un rato ameno y sin pretensiones. Como su música. Espinacas con garbanzos , la cazuela de papas con tomate con un par de huevos , el salmorejo , las papas aliñás o el tomate aviado con ventresca … todo sin complicaciones ni excentricidades y perfectamente adaptado al gran público.
La carta viene firmada por Jaime en gran parte, queriendo compartir la comodidad de su casa y su mesa con la clientela. Por eso la voz cantante de los Alpresa gusta de meterse harina y despachar unos excelentes arroces y fideuás que acaban siendo regalados a la concurrencia como unas coplas a los amigos.
No vaya a pensar el lector que la comanda es ligera como su música. La carrillada es de gran categoría y los boquerones al limón fritos, abiertos y limpios o la cola de toro deshuesada . Platos al centro que invitan a la charla y a la manduca desinhibida en buena reunión, que de eso se trata. Porque en casa de los Alpresa no hay sitio para los tristes y siempre reina la alegría.
Tienen un surtido de moyate sin complicaciones, con nombres propios como Ramón Bilbao al tinto, Tío Pepe por Jerez o el sabor salino siempre apetecible de la manzanilla por Solear. La Cruzcampo la ponen a juego con su potente aire acondicionado, que es detalle a tener muy en cuenta en estos días de calentamiento global.
Y todo esto en el barrio con más bares de copa larga y falda corta de Sevilla. Para que no nos falte de ná.
- Cruzcampo
- Toros
Comida
2/5Servicio
2/5Ambiente
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