Lalola: «Del cerdo hasta los andares»

Hoy encontramos un concepto que ha ido evolucionando con los años pero que tiene en el cerdo ibérico su hilo conductor y ejerce como leitmotiv de su propuesta. Cuenta con u na carta no muy amplia , con platos interesantes pero complicados para negociar las altas temperaturas que vivimos en Sevilla actualmente.

Lo primero que probé fue su nueva versión de la ensaladilla. Recordemos que Javier fue el primer cocinero, al menos que yo conocí, en poner un huevo frito en su ensaladilla. En este caso, lleva longaniza ibérica, aceite de hierbas y chalotas. Tengo que decir que, aunque sobre el papel no me convencía, es una gran ensaladilla, aunque sigo prefiriendo su versión clásica de langostinos.

Seguimos con una crema fría de puerros, con espárrago blanco marcado en la plancha y finas láminas de ventresca de atún. El planteamiento es muy bueno, aunque el atún se pierde un poco en el plato.

Otra especialidad de la casa es la casquería, en este caso unas excelentes mollejas de ternera que maceran en sweet chilly y luego pasan por plancha, donde terminan con un fondo oscuro y alcaparras. El a rroz lo hacen con pluma y presa ibérica , finas capas de cabecero y setas. Un sabor increíble que desborda el mismo, aunque ese día se pasó un poco de punto y estaba algo húmedo.

Terminamos con una clásica tarta de chocolate , estilo coulant con helado de pistacho, excelente. Con un chocolate envolvente, pero que no se hace excesivamente amargo ni dulce.

Encuentro una gran mejora en su servicio, un equipo ya asentado que ha ido ganando enteros y profesionalidad en un entorno tan complicado como es un hotel. La bodega también ha ganado en importancia y diversidad y cuenta con auténticas joyas en su haber para los que busquen algo especial.

Siempre es un gusto volver a Lalola, un restaurante que ha ido creciendo año a año, una cocina que se ha ido sofisticando y tomando cada vez un cariz más complejo.