La casa del tigre: «Pasen y vean»

El espacio, dividido en dos, estaba concebido como un salón comedor más formal al que le seguía un segundo espacio más informal presidido por una gran barra desde donde pensaban servir desde tapas hasta cócteles y hacer que la vida pasara…Pero el bichito llegó y han tenido que adaptarse a la nueva situación, dejando ese ambiente “soñado” para tiempos mejores y procurando aprovechar al máximo los metros en torno a esa gran barra central. Una decoración cuidada en la que lo actual convive – sin molestar – con la solería original del edificio, madera y sillas de rejilla.

Abren cartel unas originales patatas bravas , un parmentier de patata presentado en cuadraditos fritos con tomate y alioli en su justa medida, muy buenas de sabor y sin exceso de salsa que es de lo que pecan ahora en muchas cartas. Le siguen la clásica ensaladilla rusa a la que le dan un toque añadiendo merluza y encurtidos, y una ensalada viva , acompañada de nueces y cerezas con un vinagreta fresca y distinta no apta para todos los gustos. Muy conseguido el minibrioche de manteca con panceta y toque lima – la panceta nunca falla – incluso en medianoche que no es nada fácil que esté en su punto. Nos sorprende lo fresco, ligero y bueno del salmorejo suave con toque de lima y pico de gallo, presentado con lascas de langostino y un toque de menta. Cierran la función un taco de corvina sobre cama de leche de coco y curry verde y – la que para nosotros es la estrella – una maravillosa tortilla abierta con gambas de cristal y piparra, buenísima .

El grupo de jóvenes que está detrás mantiene la misma ilusión por hacer disfrutar a todo el que los visite que cuando abrieron y eso se refleja en el ambiente, en la cuidada presentación de los platos y en una cocina, como poco, correcta. Pasen y vean, y sobre todo disfruten.