La Barra de Cañabota: «A barco nuevo, capitán viejo»

Acaba de sufrir una remodelación para adecuar ese paso adelante en su propuesta a la sala. Un comedor que recuerda a esas grandes marisquerías del pasado con sillones acolchados, pero siempre manteniendo la línea de la marca Cañabota. La barra sigue manteniendo sus mesas altas, donde disfrutar de una comida más informal para grupos reducidos.

La carta aún se debate entre platos informales y otros de mayor complejidad. Estos primeros están presentes en los aperitivos, sobre todo. No pude empezar de otra forma que no fuese con su ensaladilla de Langostinos, patata sanluqueña y langostino gaditano , nada puede salir mal, acompaña una mahonesa suave y ya está, no hace falta más.

Seguimos con un pase de fritos, una ostra «nº0» y vinagreta de lombarda además de una croqueta de ortiguilla y espinacas . Esta última fue una maravilla, una explosión que concentra todo el sabor a guiso marino, fundente, yodado, una exquisitez. Una de sus nuevas incorporaciones es el calamar relleno de huevas de choco , un plato muy interesante, meloso, fresco.

Tras esta primera parte más casual, la cosa se pone seria con las gambas, hinojo y crema de marisco, pase que si me dijeran que lo ponen en el restaurante estrellado no me desentonaría nada, un gran producto con ese contraste fresco que le da el hinojo y la untuosidad de la crema.

Pero, el plato fuerte aún estaría por llegar, un bogavant e de casi un kilogramo de peso y cargado de huevas. Aunque nos preguntaron como lo queríamos, lo dejamos en mano de la cocina, que nos dispuso sus pinzas en escabeche con sus huevas -un manjar-, la cabeza a la brasa -espectacular- y su cuerpo en tempura, lo mejor de todo.

El homenaje termina con un borriquete a la brasa y con la bilbaína ligera que preparan en esta casa a la perfección. Platos sobresalientes uno tras otro.

La barra de Cañabota tiene nombre de hermano pequeño pero realmente no lo es, se ha convertido en otra cosa, en un referente del producto, uno de los mejores de Sevilla sin duda pero con esa línea moderna que tiene toda la marca Cañabota. Además, con esta última reforma, el espacio gana mucha comodidad y se nota el empeño de Juanlu en hacer de este sitio otro lugar de referencia en la ciudad.