Zurbarán: Grupo Tribeca homenajea a las tabernas sevillanas con su última aventura

Con Zurbarán abordan un género que hasta ahora no habían trabajado: el del bar de tapas de toda la vida. «Queremos devolver a Sevilla todo eso que nos ha dado en estos 21 años, ofreciéndole un sitio donde tomar las recetas de nuestra infancia», señala Eduardo Guardiola, alma de este proyecto junto a sus hermanos Jaime y Pedro Giménez, además de su socio Pedro Ruiz-Ocejo.

El empeño que han tenido con Zurbarán es el de tomar el testigo de los clásicos sevillanos, homenajeando a las barras centenarias con un espacio que destila solera tanto en su puesta en escena como en su carta. Todo está hecho in situ y el nuevo establecimiento nace con la idea de evolucionar según lo demande su clientela.

La intención es, conforme avance el propio concepto, ir introduciendo esa cocina marinera que caracteriza a Grupo Tribeca y manifestarla a través de guisos clásicos: cazón con tomate, sopa de galeras...

«Con Zurbarán no hemos querido inventar nada nuevo, sino hacer bien algo que es tan nuestro. Queremos que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de las tapas con las que hemos crecido y que están desapareciendo», apostilla Guardiola.

¿Qué han logrado con Zurbarán? Ubicado en la plaza del mismo nombre y en el local que ha ocupado un bar de toda la vida durante décadas, este nuevo Zurbarán rinde tributo a las costumbres sevillanas: una barra de madera, mostrador con aire de antiguo ultramarinos, azulejo en las paredes, terraza...

¿Cómo es su carta? Tiene un comienzo que recuerda a las abacerías de siempre, con encurtidos, ibéricos y quesos: alcaparrones, pimientos asados y cebolleta, gilda de cecina y queso, morcón de carne de Vejer, morcón de morcilla de bellota...

¿Cuáles son los clásicos sevillanos que ofrecen? Desde huevos rellenos a ensaladilla de gambas, pasando por papas aliñás, lomo en manteca o el típico caballito de jamón que ya cuesta tanto ver.

Hay un epígrafe dedicado al guisoteo sevillano con propuestas como carne con tomate, espinacas con garbanzos, menudo de ternera o codornices al ajillo, además de albóndigas, calamares en su tinta o garbanzos con langostinos.

¿Qué más tienen? Continúan con montadito de pringá, pincho de riñones, cordero y panceta o pimiento del piquillo relleno de ajoarriero.

También pollo frito, flor de alcachofa a la plancha con huevo y jamón o tortilla de bacalao.

¿Cuál es la propuesta dulce? Tocino de cielo, pan con chocolate y aceite o torta Inés Rosales y naranja sevillana.

¿Qué bodega tiene Zurbarán? La carta de vinos comienza con una amplia selección de generosos: desde Oloroso Leona a VORS Obispo, pasando por manzanilla Deliciosa o amontillado Tío Diego.

Prosigue con blancos de DO como Penedes, Rias Baixas, Valdeorras o Rueda para concluir con tintos como DO Priorato Purgatori, ZV Huelva Dominio del Verso o DO Somontano Marbore. Hay cavas, champagne y rosados para quien prefieran estas opciones.

¿Qué tiene de especial el establecimiento? La atmósfera construida evoca la de las antiguas tabernas, con azulejos sevillanos decorando sus paredes, taburetes de madera y enea, techos altos de vigas y tres cuadros obra de Desireé Meyer (Von Pelt Atelier) inspirados en las santas de Zurbarán, alegorías del mundo taurino, el flamenco y Sevilla.

Hay amplia terraza en la misma plaza de Zurbarán para los que se inclinen por comer o cenar al aire libre.

¿Dónde están? En la plaza de Zurbarán.