Dónde comer en Nerja: los mejores bares y restaurantes

Aunque la oferta gastronómica en el municipio ha estado marcada tradicionalmente por el turismo estacional, en los últimos años han florecido propuestas para todos los gustos: desde los chiringuitos más auténticos, con pescado de la bahía y brasas que huelen a verano, hasta proyectos más creativos que fusionan cocinas del mundo o reinterpretan recetas andaluzas desde una mirada más personal.

Con un público muy diverso —local, nacional e internacional—, Nerja ha logrado mantener espacios tradicionales de esos que gustan a los vecinos de siempre, a la vez que suma opciones más actuales que conectan con una clientela global.

Y como siempre, esta guía no va al tuntún. La brújula la marca Carlos Mateos, editor de Gurmé Málaga, que se ha pateado la zona en busca de los imprescindibles. Porque Nerja no es solo su Balcón, sus cuevas o sus playas: también es un destino donde se come (y se tapea) con mucho arte.

Juan Quintanilla lidera desde hace más de dos décadas este restaurante nerjeño, donde aplica su experiencia en casas con estrella Michelin –como Skina– a una propuesta personal basada en el producto de cercanía y el recetario tradicional.

En Sollun, la carta mezcla platos de fondo andaluz con técnicas contemporáneas: canelón de chivo con berenjena ahumada, yogur con hierbas y ajo negro; rabo de vaca con batata y miel de caña; o pulpo con panceta acompañado de garbanzos y salsa de callos.

También encontramos entrantes como gamba blanca con plátano verde y cacahuete o vieiras con coliflor y calabacín, carnes como lomo de venado con castañas y setas o faisán con coliflor y naranja, así como pescados del día. Un recorrido con fondo andaluz y técnica depurada.

Si preguntas por dónde comer en Nerja a alguien del pueblo, es muy probable que te señale La Puntilla. Cocina tradicional andaluza sin florituras, con especialidad en pescados y mariscos, y una paella que va ganando fieles jornada tras jornada.

Este restaurante, siempre con ambiente animado, es ideal para quienes buscan un almuerzo informal con sabor a mar. El pescaíto frito es un imprescindible, igual que los calamares, las gambas al pilpil o los mejillones al vapor. El servicio es ágil y cercano, el género se mueve fresco y los precios, razonables. De esos sitios que no necesitan más carta de presentación que el boca a boca.

A dos pasos de la playa de Burriana, Paco El Churretero es uno de esos restaurantes en Nerja que han sabido hacerse un hueco entre locales y visitantes a base de buena materia prima y cocina con cariño. El nombre del local homenajea al abuelo de la familia que sigue hoy al frente, y esa raíz se nota tanto en el trato como en el ambiente.

Aquí mandan las brasas: carnes como las mini burgers de rubia gallega, el steak tartar o cortes seleccionados a la parrilla conviven con pescados frescos y propuestas más creativas que han ido sumando con los años. No es fácil conseguir mesa en temporada alta, pero la espera merece la pena. Tradición, producto y una vuelta de tuerca que funciona.

Quince años después de su apertura, Oliva sigue siendo uno de los restaurantes más especiales de Nerja. Detrás del proyecto están Kim Ranzijn y Carlos Pardo, que en su momento apostaron por crear un espacio íntimo y cuidado, con una cocina mediterránea creativa que se renueva con cada temporada.

La carta cambia según el momento del año, incorporando producto fresco y propuestas especiales, y también es posible optar por un menú degustación. La selección de vinos acompaña el mismo nivel de detalle, con referencias bien escogidas de diferentes denominaciones de origen. Un rincón tranquilo, de esos donde todo está pensado para disfrutar sin prisas.

Hay bares que no necesitan presentación y Dolores El Chispa es uno de ellos. En pleno corazón de Nerja, este local de la calle San Pedro es toda una institución cuando se habla de espetos de sardinas y cocina marinera sin aderezos. Aquí se viene a lo que se viene: buen producto, trato cercano y ese sabor a casa que sólo logran los sitios con alma.

Especialistas en pescados y mariscos al espeto —y en pescaíto frito del bueno—, confían siempre en materia prima de lonjas cercanas, especialmente la de Caleta de Vélez. Calamares, boquerones, cazón o rosada son clásicos que no faltan en su carta, siempre a precios razonables y con ese punto de autenticidad que enamora al primer bocado.

En el panorama gastronómico de Nerja, Patanegra 57 destaca como uno de esos restaurantes que saben conjugar la esencia de lo local con un punto de sofisticación. Al frente está Sergio Paloma, cocinero y alma del proyecto, que ha sabido evolucionar el negocio familiar hasta convertirlo en una de las direcciones más recomendables de la zona.

Su cocina parte de una base mediterránea, pero se deja llevar por la creatividad, la temporalidad del producto y el respeto al sabor. Aquí manda el producto de cercanía y las propuestas se renuevan constantemente, lo que convierte cada visita en una experiencia diferente. Un sitio ideal para quienes buscan comer bien en Nerja con algo más que pescaíto y espetos.

Ubicado en uno de los rincones más emblemáticos de Nerja, el Balcón de Europa, Puerta del Mar es parada obligada para quienes buscan marisco fresco y pescado de calidad con el Mediterráneo como telón de fondo. En su vitrina desfilan gambas rojas, carabineros, bogavantes, cigalas, ostras o quisquillas de Motril, protagonistas de una carta que apuesta fuerte por el producto. Su terraza, siempre animada, completa la experiencia: buena mesa y mejores vistas.

Uno de los restaurantes más recomendados de Nerja para quienes buscan el mejor producto.