APERTURA
Alaparte: cocina marenga en el Centro de Málaga
Con alma marenga, Alaparte es el primer proyecto personal de Fran Rascado, un bistró contemporáneo en el que el producto local, el mar y la huerta malagueña marcan el ritmo de una cocina de temporada
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La plaza de Arriola tiene nuevo inquilino gastronómico. Se trata de Alaparte, el primer proyecto en solitario de Fran Rascado, un espacio que ha abierto sus puertas con una declaración de intenciones clara: homenajear a Málaga y a los suyos desde una cocina de raíz, donde la tradición se mezcla con el oficio y una sutil inspiración francesa y nipona.
Lejos de etiquetas, Alaparte se presenta como un bistró contemporáneo con alma marenga. Producto bien trabajado, guisos que cuentan historias familiares y platos que conectan con la memoria de esta tierra es el abecé de este restaurante. Dan fe de ello sus fideos «a la parte», receta que da nombre al local, o el pan a la candela con arenca y café, que remite a aquellos desayunos humildes pero sabrosos de los marengos malagueños.
Fran Rascado, cocina de oficio y ADN marengo
Detrás de Alaparte está Fran Rascado, un cocinero de oficio que se abotonó la chaquetilla por primera vez con 15 años y no se la ha quitado desde entonces. Nieto de marengo y panadero, su cocina es un reflejo de sus raíces: bahía y huerta, tradición y respeto al producto.
Formado en la escuela Castillo del Marqués, su trayectoria profesional incluye fogones como La Plata Casa Matilde —donde se curtió en la limpieza de pescado—, Fideo Ramen o el hotel Soho Boutique Castillo de Santa Catalina. Tras años aprendiendo de aquí y de allá, decidió emprender su propio camino con Alaparte, un proyecto personal donde reivindica la cocina malagueña con un lenguaje propio.
Su objetivo es claro: poner en valor esas recetas de siempre, pero con su sello, buscando el equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo, pero sin encasillarse.
Un espacio para disfrutar de la cocina malagueña con aires de bistró
El restaurante se distribuye en tres ambientes: barra, salón y terraza. Cada rincón está pensado para un tipo de experiencia diferente. En la barra, el cliente puede ver en acción al equipo de cocina y vivir el ritmo ágil del servicio; el salón invita a una pausa más sosegada y la terraza, siempre abierta a la vida del centro de Málaga, es un pequeño oasis urbano.
La carta es corta, cambiante y muy pegada al mercado. Rascado tiene claro que el mar y la huerta son su zona de confort, por eso cada día ajusta las sugerencias según la temporada y la mejor materia prima que le llega, con un ojo siempre puesto en el Mercado de Atarazanas, a pocos pasos del local.
No faltan clásicos reinterpretados como su ensaladilla con yema cuajada, vieira curada con limón cascarúo o un apartado de abacería con salazones y verduras de la Axarquía. Todo con un ticket medio de 35-40 euros, buscando siempre la calidad sin que el bolsillo se resienta.
Alaparte es, en definitiva, un proyecto personal y honesto, donde la tradición malagueña se revaloriza desde una mirada actual. Un espacio donde Fran Rascado da rienda suelta a su cocina , su pasión por el producto y su vocación de hacer sentir al comensal como en casa.
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