montaditos clásicos
Así sabe el Juanito, el montadito favorito de muchos cordobeses
Descubre esta sencilla y rica propuesta de Casa Tollín y Carrasquín
Un día por Bujalance: opciones para comer y disfrutar de la gastronomía local
Mercedes Ordóñez
Córdoba
En Córdoba hay bocados que se ganan la fama sin campañas publicitarias. A veces basta una barra, un pequeño pan y una mezcla de ingredientes bien pensada para convertir un montadito en un pequeño mito local.
Es lo que ha ocurrido con el Juanito, una ... de las propuestas más queridas, y más pedidas, de Casa Tollín y Carrasquín, dos establecimientos que funcionan como un solo corazón gastronómico a escasos pasos de las Tendillas.
Desde agosto de 2020, se han convertido en una referencia para quienes buscan vinos de la tierra, cerveza bien fría y tapas de siempre. De esas sencillas, hechas con buen producto y con esa chispa de personalidad que marca la diferencia. Y entre todas ellas, hay un montadito que sobresale sin esfuerzo: el Juanito.
¿Pero qué tiene el Juanito cordobés?
El secreto está en la armonía. El Juanito reúne carne mechada, pimiento del piquillo ligeramente dulce, cebolla frita que aporta textura y una salsa de la casa secreta que termina de redondear el conjunto. No es un bocado contundente, pero sí intenso; no empacha, pero llena de sabor; no intenta reinventar nada, pero logra destacar entre cientos de montaditos de la ciudad.
El resultado: un mordisco equilibrado, reconocible y adictivo. De esos que justifican el paseo hasta María Cristina, una calle que hoy respira ambiente gracias, en parte, a la vida que han aportado estos dos locales, y que siempre deja ganas de volver.
Casa Tollín y Carrasquín: dos barras, un mismo espíritu
Aunque funcionan como establecimientos separados, Casa Tollín y Carrasquín comparten filosofía, proveedores y visión. Cada tapa, cada media ración y cada montadito saben a algo más, hay algo detrás.
Por eso sus montaditos tienen nombres propios como el Capitán, el Pollo Tóxico o nuestro protagonista de hoy, el Juanito. Y esa denominación es con la que han logrado hacerse un hueco en el centro de Córdoba pese a la fuerte competencia de la zona, convirtiéndose en una parada obligatoria para quienes buscan una pausa entre horas de compras, de visita turística o de una quedada con amigos.
Además, para quienes prefieren disfrutar sin salir de casa, han puesto en marcha Tollín Delivery, desde donde es posible pedir desde casa el Juanito y el resto de montaditos emblemáticos con la misma calidad que en barra.
Una experiencia muy cordobesa
Hablar del Juanito es hablar de una Córdoba que disfruta de sus tradiciones, que vive el tapeo como un ritual y que encuentra en estos pequeños bocados un momento único y distendido del día. Es un claro ejemplo de cómo la gastronomía cotidiana también crea símbolos, lejos de los clásicos del recetario cordobés.
Casa Tollín y Carrasquín han sabido darle identidad a algo tan simple como un montadito, y esa es precisamente la clave de su éxito: convertir un bocado informal en un imprescindible para muchos cordobeses.
¿Y tú qué prefieres, el clásico y querido Juanito o uno de los otros montaditos estrella de este dúo cordobes?
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