Restaurante Hierro: En un lugar de familia

Sentada en una agradable terraza acristalada , con un cubo con ascuas de la chimenea debajo de la mesa y gozando de una preciosa vista del pueblo de Villaharta enclavado en las faldas del cerro de la Solana, me encuentro en el restaurante del balneario, Hierro.

Servicio atentísimo, pendiente de todos los detalles pero sin agobiar y sobre todo amable y sonriente, disfrutando con su trabajo.

Como entrada, “ ceviche que no es ceviche “, así nos proponen el plato; es una ensalada de remolacha, plato muy visual, con una estética llamativa presentado en una concha, pero es su sabor lo que más sorprende. Acompañan al vegetal, previamente encurtido, cebolla, aceitunas y hojitas de cilantro pero en su justa cantidad, haciendo que se aprecie y se disfrute el sabor de la remolacha. Refrescante y buen aliño, con un perfecto equilibrio entre el ácido y dulce de este vegetal; si a esto le añadimos que es muy rico en hierro, ¿cómo no utilizar este producto llamándose como se llama este espacio…?.

A continuación una merluza con gazpachuelo . Perfecto punto de cocción, jugosa y con ese tono blanco nacarado, acompañada por ese caldillo que aquí le hemos llamado siempre sopa de mayonesa. Unas huevas de pescado dan notas de explosión en el paladar.

Las judías con perdiz apetecen en un día lluvioso, nuestro siguiente plato. Muy bien tratada la legumbre, superando la dificultad en su cocción, no se observan roturas; mantecosas, y de caldo equilibrado, aunque la codorniz es una invitada en el guiso, falta de conjunción. ¡Ay la cuchara! Cuántas satisfacciones nos dan los platos que llamamos así “de cuchara”, en los que el ingrediente principal, cuantitativamente, suelen ser las leguminosas. Y ahora les hago una pregunta: ¿cuál es para ustedes su favorita? Para mí, sin duda, las judías.

Y para terminar, rabo de toro deshuesado que desprende un aroma a la sierra que tenemos enfrente. Meloso y sobre una base de puré de patata al que agrega jugo, dotándolo de mas fuerza e intensidad.

Este cocinero autodidacta se consolidará en un entorno privilegiado, en el que cada uno de los detalles que han incluido aporta matices y con la tremenda oportunidad de desarrollar una cocina autóctona imbuida por el agua .