Hazte premium Hazte premium

Miriam Díaz-Aroca: «Mi mayor éxito es no necesitarlo para nada»

La actriz nos habla de la mudanza que ha removido su vida, de la felicidad y de la importancia de aprender a quererse

Miriam Díaz-Aroca GTRES

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Con Miriam Díaz-Aroca uno no siente que hace una entrevista, uno solo se deja llevar por la conversación y disfruta de la paz que transmite. La actriz, que compagina su vocación con su nueva faceta como 'coach' especializada en intervención estratégica («he aprendido a no huir de mis heridas, a enfrentarme a ellas y sanarlas»), ha vivido el trabajo más duro de su carrera: una mudanza con la que deja atrás media vida. «Eso de que 20 años no son nada es falso. 20 años son tres camiones cargados de cosas que vas acumulando», resalta la presentadora. «Pero todos los objetos, la ropa y los enseres pueden servir a otros y tener una segunda vida, por eso los he donado a varias ONGs. Con los recuerdos se me han removido muchos sentimientos, pero he aprendido que se debe vivir con lo mínimo. Somos esclavos de lo material cuando deberíamos preocuparnos en lo que acumulamos en nuestro interior. La mudanza ha sido una maestría en desapegos. Siento que he renacido».

La mujer que hoy se traslada de casa, aun siendo la misma, es otra: «Todos vamos cambiando con el tiempo. Me he encontrado fotos, recortes de prensa, y he sido consciente de todo lo que he aprendido en este tiempo, todo en lo que estoy desaprendiendo. Solo quiero darle importancia a las cosas realmente importantes, que son muy pocas». Muchas personas temen el cambio, no es su caso: «Siempre he vivido en la incertidumbre porque en la profesión es nuestra compañera de viaje. Pero si la vives con cabeza, te aporta más de lo que te quita. Ahora mismo, el mundo vive en la mayor de las incertidumbres, los artistas estamos entrenados».

Con el monólogo sobre Vicenta Lorca que espera estrenar en octubre, Miriam está fascinada con la madre de García Lorca: «Aborda su sentimiento de culpa por no haber podido parar a su hijo, pero al tiempo era la mujer que le alentaba en la búsqueda de la verdad, de la libertad. Es un texto bellísimo». ¿Y Miriam, como madre, cómo se ve? «Soy muy honesta, transparente, resolutiva. Creo ser un buen referente en valores para mis hijos (Pedro Luis y María). Les he dado la libertad de equivocarse, siempre con mi apoyo. Me gusta estar con ellos y educarles en ser auténticos, que no hagan cosas por gustar a los demás, por encajar. La lección vital es que no se deben traicionarse a sí mismos nunca«.

Cree que nos han enseñado a competir cuando deberíamos aprender a querernos más: «Hay que aprender a gestionar el fracaso, porque es una oportunidad de aprendizaje. Todos nos caemos. Aspirar al éxito frente a los demás genera frustración. Hay que motivar a los niños desde el talento, no desde la obligación. Precisamente, mi mayor éxito es no necesitar el éxito para nada». Como interventora estratégica, aplica todas sus lecciones: «Conozco muy bien mis sombras y mis luces, por eso puedo ayudar a los demás a renovarse desde mi propia vivencia».

Miriam se separó hace años de su marido, Stuart Grant, pero nunca lo ha hecho de su cuñada, Belinda Washington, su mejor amiga: «Que una amistad dure más que un matrimonio no es extraño, al fin y al cabo es una forma de amar. Mientras haya respeto y no haya exigencia, como en las relaciones amorosas, la amistad verdadera es para siempre».

La foto: No es un final, es un nuevo principio

Miriam Díaz-Aroca en la playa REDES

Como cantaba El dúo dinámico, «el final del verano llegó y tú partirás». Algo de eso hay en esta foto de Miriam en Salobreña. Tras una dura jornada de rodaje de 'Bernarda', la actriz se asoma al atardecer de un estío agónico. Termina el verano, acaba el día, pero ambas despedidas son transitorias: «Era un momento de reflexión, de silencio, de ser al fundirme con todo y de agradecer. Me gusta practicar la gratitud, por estar con mis hijos, con mi madre, por vivir. Y tengo la capacidad de maravillarme todos los días. ¡Cómo no hacerlo ante tanta belleza! Además, no es un adiós, es un 'hasta mañana'». Echando la vista atrás, Miriam recuerda las felices vacaciones de su infancia: «Vivíamos en el campo, al lado de la montaña y cerca de la playa en Santander, lo cual ya era un regalazo. Me recuerdo paseando por acantilados, yendo de pesca con mi familia, aunque a mí eso no me gustaba. Soy Piscis y, por lo tanto, protectora de todos los animales. Algunos años nos bajábamos a Torrevieja, a la casita de mis tíos, donde jugaba en las calles, hacíamos pandilla. Me encantaba. Todo era aventura, deportes… He disfrutado muchísimo de mis vacaciones con mis hermanas y mis padres». A Santander también llevó a sus hijos cuando eran pequeños: «Es que es un paraíso. ¡Y lo a gusto que se duerme una tapada». Pero Miriam reconoce que fue una niña muy miedosa a la que le costó dejar el nido, por eso no sabría decir cuándo realizó su primer viaje en solitario. El que recuerda, sobre todo, es el que realizó a México hace cinco años: «Fue muy importante para mí porque estaba sola al otro lado del mundo. El proceso fue como el de una niña pequeña a la que sueltan con su mochilita para hacer una excursión. Estaba feliz, me sentí muy importante».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación