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Joan Laporta, un presidente con cava y sex-appeal

Ha comenzado su nueva andadura en el Fútbol Club Barcelona con un espumoso propio, que contiene sus mejores frases

Joan Laporta, junto a una de las marquesinas de su campaña a la presidencia del F.C. Barcelona I. Baucells

Joana Morillas

Joan Laporta empieza la presidencia del Barça brindando con cava. Pero no uno cualquiera, el suyo propio. La botella que contiene el espumoso es de coleccionista e incluye las mejores frases del presidente: «Al loro» o «Que no os engañen» son algunas de las perlas verbales que Laporta también acompaña con un «Al lorímetro», un medidor de trofeos. Sin duda, beber para creer.

Este presidente, adicto a los rayos UVA y al buen comer , no tendrá primera dama en el Futbol Club Barcelona. Hace ya tiempo que decidió que mejor soltero que mal acompañado . Es bastante picaflor y eso ha hecho que sus relaciones se malogren. Su sex-appeal, algunos le llaman cartera, ha hecho que atesore una larga lista de conquistas .

Corría el año 2003 cuando Joan Laporta fue elegido como presidente del club catalán. Junto a él, su esposa, Constanza Echevarría , madre de sus tres hijos. Los cercanos a la pareja sabían que el matrimonio hacía aguas. No obstante, acordaron seguir juntos por el bien de los niños. Ya en aquellos días, el presidente se quedaba a dormir en su apartamento de Barcelona y Constanza en la casa familiar de San Cugat con los niños .

La gota que colmó el vaso de Constanza fueron las constantes salidas de su marido con Flavia Masoli . Joan la introdujo en su círculo y no escondía que estaba loco por ella. De hecho, la joven dejó de trabajar en un hotel para incorporarse a Can Barça. Laporta estaba loco por ella . Sin embargo, se desencantó. Como ya hemos comentado, su perdición son las mujeres. Por su cargo, muchas se acercaban a él. Y así, entre flirteo y flirteo, olvidó a Masoli.

Flavia denunció a Laporta y a otros miembros de la directiva blaugrana por obligarla a firmar el 'cese voluntario' en el puesto que ocupaba en el Barça. Para entonces, se había convertido en un personaje muy incómodo para el presidente, acuciado por la moción de censura que presentó Oriol Giralt . El castillo de naipes empezaba a derrumbarse.

Tras pasar por el mítico '¿Dónde estás corazón?' Flavia Masoli anunció que regresaba a Brasil porque en Barcelona era imposible vivir. No encontraba trabajo y aseguró que Laporta «me ha cerrado muchas puertas». Perdió el juicio por despido improcedente por un defecto de forma.

Joan Laporta y Sana Khouja en 2017 en Ibiza GTRES

A la brasileña la sustituyó una escultural italiana, Simona Ventura . Lo suyo empezó en Roma y se trasladó a la ciudad condal. Como siempre, muy generoso con sus amistades femeninas, Simona tuvo el honor de hacer algunas entrevistas a jugadores y técnicos del Barcelona sin pasar el conducto reglamentario. Aquello dio mucho que hablar entre los sufridos periodistas deportivos que seguían el protocolo marcado por el club.

María Lapiedra también formó parte del club 'Las chicas Laporta'. El presidente se quedó prendado de su desparpajo y erotismo . A su madre le encantaba María. Tanto que ella misma confesó que le enseñó a cocinar. No acabaron mal. De hecho, Lapiedra confesó que Jan, como así llaman familiarmente al presidente, defendería sus intereses en el divorcio con el padre de sus hijas mayores.

Según Flavia, «Laporta tiene un amigo que le busca chicas para sus fiestas tras los partidos». El asunto hubiera pasado desapercibido sino se hubieran filtrado imágenes de Joan disfrutando de la noche junto a Terelu Campos o Vicky Martín-Berrocal .

Amante de la vida de lujo y excesos , Laporta también ha estado relacionado con una princesa, la de Uzbekistán, Gulnara Garimova . La cuestión se convirtió en un asunto peligroso donde se entremezclaron temas muy serios.

Una de las mujeres que Joan Laporta no quiso esconder fue la dulce Sana Khouja . Tenía 22 años en aquellos días y se mostró del brazo del presi en desfiles de moda. La pareja ocupaba espacio preferente en los eventos a los que acudía. Entre arrumacos y escapadas en yate, la relación se fue diluyendo hasta quedar en nada. Al loro, Laporta está libre y busca…

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