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El candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Juan Lobato EP
Sara Medialdea

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Decía el primer vídeo de precampaña de Juan Lobato (Madrid, 1984): «No me conoce ni Perry». Razón no le falta, aunque a este político de raza -de casta le viene: su padre fue concejal en Madrid- le sobra constancia y perseverancia. Y educación: ha hecho de las buenas maneras su estilo político.

Padre de tres hijos, la mayor de ellas de 5 años, sabe de conciliación y de pasar noches en vela. Y sus circunstancias le mantienen, a la fuerza, muy pegado a la realidad.

Este técnico de Hacienda del Estado se lanzó en 2015, con apenas 22 años, a la carrera política y consiguió ser alcalde de Soto del Real, una población madrileña que hasta entonces había sido un feudo popular. Cuatro años después, repetía en el cargo y con mayoría absoluta. Entonces, quiso incorporar a su gobierno a personas de otras formaciones políticas; no le hacía falta, pero le pareció adecuado y positivo.

Disciplinado hasta la extenuación, se estudia los temas a fondo. Y no se arredra ante las dificultades. De otro modo, no habría aceptado ser el secretario general del PSOE madrileño justo en el peor momento de este partido en Madrid: tras la derrota del 4M de 2021. Los números de entonces eran malos, pero al parecer los que había meses después, cuando fue elegido secretario general de los socialistas, eran aún peores. Ahora, apunta orgulloso, ha conseguido mejorarlos sensiblemente, aunque espera la reválida del 28M para asegurar su figura.

No le gusta la bronca, ni los insultos; no está cómodo en el barro, del que a veces se abusa en la política. Y no sólo en la actual: hace poco recordaba cómo en su primera campaña, con 22 años, buzonearon por todo Soto del Real un panfleto en el que decía: 'Lobato, el amigo de ETA'. «Fíjate, cuando mi padre había estado amenazado …», lamenta. Su tono calmado no es una pose electoral, sino una seña de identidad: aficionado al fútbol y seguidor del Real Madrid, confiesa que dejó de ser socio cuando llegó al club blanco José Mourinho, por lo poco que le gustaba su estilo bronco.

Mejorar a Gabilondo

Ante sí tiene el reto de conseguir unos resultados electorales el 28M que mejoren los de Ángel Gabilondo en 2021, y consigan para su partido remontar hasta la posición de segunda fuerza política. En su equipo juegan la baza de distinguirse de Más Madrid como partido con 144 años de historia que son, frente a una formación que es «una escisión de Podemos» nacida en 2019, recuerdan. La experiencia es un grado, defienden, y a ello se aferran, así como a su gestión actual en 60 ayuntamientos madrileños.

Lobato -«no Lobezno», como dice otro de sus eslóganes de campaña- se sabe un corredor de fondo y tampoco ignora el momento complicado que se vive en la región, con una candidata popular muy fuerte en las encuestas. Él está dispuesto a trabajar como el primero y a perseverar: el suyo es un proyecto a medio plazo. Sólo necesita convencer a la dirección de su partido de que en ocasiones hay que darle tiempo al tiempo, e invertir en paciencia.

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