Sevilla FC: La ambición llegó con 45 minutos de retraso (1-1)
La gran segunda parte del Sevilla no fue suficiente para arreglar un primer tiempo bastante pobre y que contó con un gol del Alavés rodeado de polémica
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No pudo ser. El Sevilla FC no consiguió mantener el liderato. Pero la lectura de lo ocurrido anoche tampoco debe ser negativa. Porque, aunque lo ideal hubiera sido que los de Nervión sumaran los tres puntos, el que se trajo para Nervión le sirve para ... seguir arriba. Muy arriba. Eso sí, la duda está en saber qué hubiera pasado si la versión de la segunda parte hubiera aparecido también en la primera; si los cambios de Pablo Machín hubieran llegado antes. Porque lo cierto es que los nervionenses tuvieron dos caras totalmente distintas, más allá de la discutida jugada del gol del Alavés. Y, aunque en el cómputo global mereció mayor premio, no se puede permitir el lujo de desperdiciar 45 minutos como hizo anoche. Llegaba con bajas y con jugadores bastante cansados tras el viaje a Rusia, pero con los retoques tras el paso por los vestuarios se vio una versión bastante mejorada. Aun así, como decíamos al principio, estos puntos son los que no llaman la atención pero sirven, y mucho, para los objetivos a largo plazo. Porque lo que realmente hay que destacar es que el Sevilla, tras la disputa de catorce jornadas, sigue peleando por el título de LaLiga, algo que son palabras mayores y que pocos, por no decir ninguno, esperaban cuando la competición dio inicio en el mes de agosto.
El encuentro comenzó con una sorpresa en el once, más allá de que Mercado jugara por la derecha ante las bajas: Roque Mesa partía como titular y Sarabia se quedaba en el banquillo. La explicación llegaría luego, cuando Pablo Machín comentó que el madrileño arrastraba molestias en el aductor. Pero el doble pivote no funcionó. Primero, porque Roque Mesa no está a buen nivel en esta temporada. Y segundo, porque al Sevilla se le vio demasiado espeso a la hora de atacar. Así, la primera parte transcurría casi sin ocasiones para ninguno de los dos equipos. Faltaba verticalidad en ambos, aunque es cierto que el Alavés se mostró más intenso. Quiso más. Y lo terminaría logrando en la recta final de la primera parte. Eso sí, con polémica. Porque el 1-0 de los locales llegó en una jugada en la que todo el Sevilla reclamó fuera de juego, pero ni el colegiado, ni luego el VAR consideraron incorrecta la posición de un Calleri que, claramente, comenzó la jugada en una posición más adelantada. Pero, debido a que Sergi Gómez intentó desviar el balón, el colegiado consideró que se trataba de una nueva jugada y que, por tanto, el futbolista del Alavés no estaba en fuera de juego. Apenas quedaba tiempo para la reacción antes del paso por los vestuarios, pero había algunas cosas que eran evidentes que se tenían que cambiar. Como, por ejemplo, a Roque Mesa, ya que el canario había visto una tarjeta amarilla y se jugó la expulsión en alguna que otra jugada.
Y así fue. Machín movió el banquillo en el descanso. Dejó al centrocampista en la caseta y dio entrada a un Amadou que se mostró más seguro en la medular y liberó a Banega. Fue el primer paso para ver a un Sevilla más ambicioso y que se lanzó a por el empate. Ya se veía otra cosa, los de Nervión tenían más la pelota y llegaban con más peligro, pero el técnico visitante insistió en ir más allá. Y siguió realizando cambios, siendo claves los dos siguientes. Porque tanto primero Promes como luego Sarabia terminaron de darle ese plus ofensivo al Sevilla. Ambos colaboraron, y mucho, en la mejoría de un equipo que merecía mayor premio. Las ocasiones, sin ser excesivamente claras porque terminaban llegando de forma muy forzada, se fueron sucediendo. La impresión fue la de que el empate estaba bastante más cerca que el segundo tanto del Alavés. Y así fue. Hubo que esperar bastante, pero la conexión Sarabia-Ben Yedder volvió a dar sus frutos. El centrocampista, que había salido apenas diez minutos antes, aparecía por la banda derecha para poner un balón fuerte y raso al interior del área pequeña, lugar en el que apareció el delantero franco-tunecino para seguir con su racha de goles. A Ben Yedder se le da especialmente bien el Alavés y ayer no quiso irse sin marcarle a uno de sus rivales preferidos. Quedaban algo más de diez minutos por delante y el Sevilla no se conformó con el empate. Se lanzó a por la victoria y tuvo acercamientos para ello, aunque también es verdad que se llevó un susto importante cuando Brasanac estrelló el balón en el palo y Vaclik lo tuvo que atajar in extremis.
Por todo ello, y especialmente por la primera mitad, los sevillistas se dieron por satisfechos con el punto sumado. Sirve para seguir soñando con el título de LaLiga, por más que haya perdido el liderato. Y también para demostrar que este equipo sabe reponerse tras los traspiés, como el de Rusia, algo fundamental cuando se quiere luchar por hacer cosas grandes en una competición tan larga y exigente como es LaLiga española.
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