Los números se ponen de la parte de Quique

De hecho, ni se quiere ni se puede descartar al propio Quique Sánchez Flores. El madrileño ha impuesto mucho de cordura, pero también de juego y resultados, que es lo que realmente pesa en este negocio. Quique ha demostrado también conocer a fondo la idiosincrasia de la institución, un aspecto especialmente relevante a la hora de hacer frente a la fuerte crisis deportiva con la que se encontró. Aterrizó en el Sánchez-Pizjuán en un momento muy delicado tras la destitución del uruguayo Diego Alonso, con el equipo al borde del abismo con 13 puntos únicamente, los mismos que tenía el primero de los equipos que marcaba el descenso en ese momento, el Celta. Tras ganar holgadamente en Granada (0-3) en su debut, el entrenador tuvo que sobreponerse a una fase complicada de partidos hasta que le cogió el aire al equipo y consiguió estabilizar la situación con su idea: disciplina defensiva, transiciones rápidas y la mayor eficacia posible arriba.

Con los números sobre la mesa, se antoja prematuro anticipar la decisión de prescindir de Quique Sánchez Flores de cara a la campaña venidera. El Sevilla FC viene de pasarlo muy mal en el arranque de esta temporada con Mendilibar y Diego Alonso, como con Sampaoli en el anterior curso, algo que parece haber caído en el olvido demasiado rápido por Nervión. En este sentido, las cifras de Quique invitan cuando menos a una reflexión, a ser pacientes a la hora de realizar una evaluación sobre un trabajo que, además, ni siquiera ha concluido. Dejando aparte el partido aplazado de la 4ª jornada en el campo del Atlético de Madrid (1-0), la clasificación parcial de LaLiga desde la jornada 18ª, momento en el que Quique llegó al Sevilla FC para debutar en Los Cármenes, establece que los de Nervión serían décimos en la tabla, con 18 puntos obtenidos de 39 posibles.

En esta tabla elaborada entre las jornadas 18ª y 30ª, la que ha dirigido Quique al Sevilla FC, el líder sería el Real Madrid, con 33 puntos, seguido del FC Barcelona, con 32. Completando las posiciones de Champions estarían el Athletic Club y el Valencia CF, ambos con 24 puntos. Quinto y sexto serían el Villarreal y el Girona FC, con 22 y 21 puntos respectivamente, quedando el Atlético de Madrid en la séptima posición, en plaza de Conference, también con 21 puntos. Con 20 puntos, octavo, aparece el Osasuna, mientras que el noveno sería la Real Sociedad, con uno menos, 19. Y en la décima posición estaría el Sevilla de Quique Sánchez Flores, con 18 puntos. Es decir, los nervionenses, desde el aterrizaje de su técnico, estarían a sólo tres puntos de los puestos europeos y a seis de la Champions. Aunque se trata de un mapa parcial, irreal por tanto, sí da una idea de que el Sevilla vive ahora mucho más desahogado con Quique que a los que se había malacostumbrado en los últimos tiempos, coqueteando más de la cuenta con los puestos de peligro de la tabla clasificatoria.

El balance de la citada serie de 13 jornadas se salda para el Sevilla FC de Quique con 5 victorias, 3 empates y 5 derrotas. Pero lo cierto es que el equipo mejora ostensiblemente a partir de febrero. Desde el arranque del segundo mes de año, con los conceptos de Quique mucho más asentados ya en el vestuario, el Sevilla FC sólo cayó en dos de ocho jornadas disputadas, sumando un total de 14 puntos sobre los últimos 24 posibles. En concreto, desde el 5 de febrero, los sevillistas le ganaron al Rayo en Vallecas (1-2), al Atlético de Madrid en el Sánchez-Pizjuán (1-0), a la Real Sociedad también en Nervión (3-2) y al Getafe en el Coliseum (0-1) el pasado Sábado Santo. Además, empató en Mestalla (0-0) y en Almería (2-2), mientras que únicamente hincó la rodilla en el Santiago Bernabéu por la mínima (1-0) y en casa frente al Celta de Vigo (1-2).

Pese a los guarismos ligueros, los mejores de la institución en muchos meses, el trabajo de Quique Sánchez Flores no termina de encajar en lo que quiere la dirección deportiva del Sevilla para la próxima temporada. El departamento que dirige Víctor Orta, a la espera de su balance final, está por la labor de que el banquillo tome un nuevo rumbo. Maneja otra idea, independientemente de que el propio contrato de Quique contemple la renovación por un año más si equipo queda entre los diez primeros clasificados, supuesto bastante complicado de alcanzar teniendo en cuenta de que esa plaza está ahora mismo a siete puntos, en manos del Villarreal. No es una cláusula, en cualquier caso, que condicione absolutamente nada en el futuro de la relación Sevilla-Quique.

Por otra parte, hay quien ve arriesgado un nuevo cambio de técnico en Nervión teniendo en cuenta que el actual parece estar dando poco a poco con la tecla de un sistema de juego que le otorga cierta estabilidad y resultados al equipo. Además, la dilatada experiencia de Quique supone un plus. Ninguno de los nombres que suenan para relevarle presenta mejores números en LaLiga que el madrileño. En sus 345 partidos como entrenador en la Primera división española, Quique suma 132 victorias y 90 empates, promediando 1,41 puntos por partido. Esa media es superior, por ejemplo, a la arrojada por el todavía técnico osasunista, Jagoba Arrasate, que acumula 230 partidos en LaLiga, con 79 victorias y 63 empates, para un promedio de 1,30 puntos por partido. Bordalás llega al 1,33 por encuentro.

De suma responsabilidad es la decisión que tienen que tomar el club y su dirección deportiva en cuanto al entrenador que de verdad quieren para comandar el próximo proyecto. Ahora se cumple un mes de la primera vez que le cuestionaron por su futuro a Quique en rueda de prensa. Esto dijo el técnico: «Mi voluntad, y lo voy a pedir por favor, es que no se me pregunte hasta el final. Yo no pestañeo. Yo estoy en el despacho, vuelvo al hotel y no vuelvo a pestañear. Estoy fijado simplemente en el trabajo. El contrato está en un cajón, en el mismo cajón que el día que lo firmé. Mi mentalidad es muy simple. Mi mentalidad es: 'quiero mejorar constantemente y quiero contar con grandes jugadores a mi alrededor'», sentenció.