La UCI marca a sus sospechosos

Alberto Contador , con un 5, ocupa una posición intermedia. Carlos Barredo, el asturiano del Rabobank, tiene —junto al ucraniano Yaroslav Popovych— la calificación más alta: un 10. Así consta en una clasificación elaborada por la Unión Ciclista Internacional (UCI) para el pasado Tour de Francia en la que se evalúa el grado de sospecha de dopaje de cada corredor. Esta lista secreta, que propone un valor de 0 a 10 a partir de un análisis del perfil sanguíneo de los 198 participantes , habría sido facilitado a las autoridades responsables de los controles antidopaje de la carrera francesa. «L'Equipe» lo ha sacado a la luz y se ha montado el escándalo.

Según el rotativo francés, «no se trata de una denuncia de culpables ni de un censo de tramposos, sino de un documento de trabajo extremadamente interesante sobre los medios desplegados por la UCI en la lucha antidopaje». Al organismo que preside Pat McQuaid no le ha hecho ni pizca de gracia la filtración . «Este documento estaba reservado para la UCI y los expertos independientes de la Agencia Mundial Antidopaje. Tanta fragilidad en la confidencialidad es muy seria y abriremos una investigación», señala en un comunicado.

El asunto ha caído como una bomba en el pelotón del Giro. El ciclista escocés David Millar señaló que «deberían rodar cabezas» en la UCI y explicar «qué están haciendo exactamente con este modelo». Por su parte, el director del Tour de Francia , Christian Prudhomme, aseguró que este documento era «un arma adicional en la lucha contra el dopaje».