Suscribete a
ABC Premium

GERVASIO DEFERR: «No podía continuar en Barcelona, mis problemas no me dejaban entrenarme»

Su entorno podía con él. Demasiados problemas, casi todos de origen económico, no le permitían concentrarse en su trabajo, que es la gimnasia. Y se dio cuenta, afirma, de que para

estar en Atenas, su deseo, tenía que venirse a vivir a Madridla gimnasia española, tiene 23 años y las ideas muy claras. Sabe que será difícil que llegue a Atenas lo suficientemente preparado como para defender el oro que ganó en la final de salto de Sidney, porque las lesiones no le han dado la continuidad que hubiese deseado. Pero quiere estar en Atenas. El primer paso ya lo ha dado al dejar Barcelona, donde dice que no podía trabajar, y trasladarse a Madrid.

- ¿Era necesario este traslado?

- Sí, porque no podía seguir en Barcelona. Tengo una serie de problemas personales que no me dejaban entrenarme como debo. Incluso, creo que de haberme quedado allí ni siquiera hubiese ido a los Juegos.

- Explíquese.

- Lo primero, quiero dejar bien claro que no son problemas ni con mi entrenador ni con mis compañeros. Los problemas que tengo son ajenos a la gimnasia y al gimnasio. Tengo una casa que mantener, una novia, un coche... No reniego de nada porque es lo más importante que tengo en mi vida, pero era estar atento a demasiadas cosas y demasiada poca atención la que estaba poniendo a cada una de ellas. Viviendo así no podía estar centrado en mi deporte. Quiero pensar sólo en la gimnasia y que nada interfiera en mi concentración.

- ¿Qué ha sido lo más duro de este traslado?

- Dejar a Alfredo Hueto, mi entrenador. He estado con él diecisiete de los veintitrés años que tengo y le considero como mi segundo padre. Bajo mi punto de vista es el mejor entrenador que ha habido en España en los últimos quince años y yo he tenido la suerte de toparme con él y de que él haya tenido la paciencia de aguantarme, porque trabajar conmigo no es fácil.

- ¿Qué ventajas ha encontrado en Madrid respecto a Barcelona?

- En cuanto a la forma de trabajo e instalaciones, ninguna. Personalmente, muchas, porque además de dejar fuera esos problemas personales que tenía, aquí los estoy solucionando.

- ¿Qué echa más de menos?

- A mi novia, a mi familia, a Hueto, a los amigos... pero no voy a estar hundido. Ellos han respetado mi decisión porque me quieren y porque saben que volveré tras los Juegos. Ellos estarán ahí cuando regrese.

- ¿Le ha faltado continuidad desde Sidney por culpa de las lesiones?

- Casi no he podido disfrutar del título. Tenga en cuenta que no he estado para defenderlo ni en el último Mundial ni en el último Europeo. Tras Sidney me tuve que operar de los dos hombros. Estuve un año y medio recuperándome. Luego me entrenaba cuatro meses y paraba uno. Todavía me duelen, pero se debe a que he estado mucho tiempo inactivo y no he podido fortalecer la musculatura como debiera.

- Ahora tiene problemas en la espalda...

- Los médicos creían que con tratamiento -fisioterapia y analgésicos- se me curaría, pero el dolor no desaparece. El día que me duele de verdad no puedo ni entrenarme.

- Alfredo Hueto ha dicho que el dolor no desaparecerá y que ir a Atenas dependerá de su capacidad para sufrir.

- El dolor siempre va a estar ahí. Si me impidió ir al último Campeonato del Mundo no es ninguna tontería. Me tengo que mentalizar de que me va a doler, pero voy a seguir hasta que no me deje saltar.

- Y entre medias, el positivo por cannabis.

- Es un tema que ha quedado atrás. Pasó lo que pasó y ya está, otra página triste de mi vida. Fue una chiquillada.

- Con todo, ¿le dará tiempo de llegar a los Juegos?

- Seguro. Lo más importante es estar bien de cabeza y, si en el aspecto psicológico estás bien y vas mentalizado, no hay nadie que te pare.

- ¿Prepara algún ejercicio especial?

- En principio intento coger la forma física óptima, pero sí tengo en mente preparar algo importante.

- ¿Sigue con la idea del triple salto mortal?

- No creo que lo haga en Atenas. Igual lo hago en alguna otra competición, pero más para probarme a mí mismo que soy capaz de hacerlo. No es algo que le va a dar más valor a mi ejercicio porque llevo uno de máxima dificultad y mucho riesgo. Si consigo clavarlo sería la bomba, pero sería muy arriesgado hacerlo y tendría más cosas que perder que ganar.

- ¿Marca ir a los Juegos defendiendo un título?

- No, porque después del ciclo olímpico que he tenido tras Sidney, ir a Atenas y poder disputar la final ya es un objetivo para mí muy importante. Sé que soy campeón olímpico, pero no he podido competir en el Mundial del año pasado ni en el Europeo del anterior. Disputé el de Hungría, pero no estaba al cien por cien. Presión de fuera no siento. La presión me la pongo yo en cada competición.

- ¿Qué ha sido de aquél chico que dedicó el oro de Sidney a quienes le habían criticado?

- Aunque tengo 23 años, ahora soy más maduro. Si volviese a ganar una medalla me acordaría más de los que me apoyan que de los que me critican.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación