Torrejón
Faena de cañas y barro de Ginés bajo la tormenta perfecta
Con el ruedo convertido en un barrizal y mientras llovía a mares, el extremeño cuaja una valiosa y meritoria obra, premiada con dos orejas
El festejo, que debió de suspenderse en el primero, acabó cuando se arrastró al tercer toro
Oda a la lentitud y la alegría
La tormenta perfecta caía sobre el ruedo de Torrejón. Asustaba el centelleante cielo, los rugidos de garganta profunda y un remolino de viento que sacudía hasta el techo de la plaza. Los que no tenían paraguas se resguardaban en la zona cubierta, pero ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete