Hazte premium Hazte premium

Poetas al auxilio del dolor

El valor sanador de la palabra, y la poesía como su máxima expresión de belleza, supone un salvavidas al que agarrarse para no hundirse en el mar de la tristeza cuando se pierde a un ser amado

Portada de 'Poesía para vencer la muerte', de Rafael Rodríguez-Ponga ABC

Juan Carlos Valero

El valor sanador de la palabra, y la poesía como su máxima expresión de belleza, supone un salvavidas frente al dolor. Un flotador al que agarrarse para no hundirse en el mar de la tristeza cuando se pierde a un ser amado. Unir dolor y cariño es uno de los propósitos que se planteó Rafael Rodríguez-Ponga al escribir una antología de poesía lírica y épica contemporánea hispánica tras morir su esposa Paloma. En la búsqueda de calmar su dolor, quien es rector de la Universidad Abat Oliba-CEU, doctor en FIlología y profesor de Lengua Española, se refugió en la poesía por la emoción estética que le produce y que va más allá del consuelo.

Su vivencia personal al bucear en la poesía para flotar en el abatimiento, le llevó a Rodríguez-Ponga a una investigación que ahora presenta con sentido didáctico, «para que pueda ser útil al mayor número posible de personas». El resultado es una interesante antología con una selección de poemas y análisis literario de 111 poetas del mundo hispánico, desde mediados del siglo XX hasta nuestros días, y con el denominador común de ser poesía para sobrellevar el duelo causado por la muerte.

Leer poesía se convierte así en una manera de sentir el amor y de liberarse del dolor, gracias a los poetas que llegan al auxilio del sufrimiento. La reflexión sobre la muerte viene desde tiempos muy antiguos con diversas perspectivas religiosas o filosóficas porque «la muerte es lo más humano que hay». Al morir un ser querido, se agolpan los sentimientos, emociones, sensaciones: amor, dolor, tristeza, pena, sufrimiento, abatimiento, nostalgia, añoranza, saudade, desolación, desgarro, desconcierto, sorpresa... Los propios y los de las personas que rodean al viudo. Esas emociones suelen canalizarse con la palabra, el llanto, el gemido, el insomnio, los dolores físicos, el cansancio, el lamento... Es entonces cuando se redescubre que con la palabra, la conversación, la música, el arte y, por supuesto, la literatura, que no entrega emociones, sino percepción de emociones, «aparece la manera de expresarnos, y lo logramos gracias a cómo han expresado esos sentimientos otras personas que nos han dado por escrito las fórmulas para vivir el momento».

Rodríguez-Ponga confiesa que «la poesía aún me levanta el ánimo» cuando hace 5 años de la muerte de su esposa Paloma. Cinco años de poesía y de duelo, «después de 33 años de otra poesía: el matrimonio». Los profesionales de distintas disciplinas -filología, pedagogía, psicología, psiquiatría, enfermería, filosofía, teología- demuestran que la palabra y la literatura son fuente de fortaleza, de sanación, de salud. El arte da sentido a la capacidad más humana, a la creatividad y la belleza. Y la poesía ayudó al autor de la antología «para vencer a la muerte» porque, al fin y al cabo, «la poesía es una forma de oración» o viceversa.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación