Hallan un nuevo tipo de célula que promueve el cuidado parental
El hallazgo en unos ratoncillos monógamos podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos para tratar la depresión postparto
El secreto de la monogamia ya no es la hormona del amor

La monogamia puede ser un ideal romántico para algunos y un infierno para otros, pero la cultura y las normas sociales la han convertido, al menos en las sociedades occidentales, en la base de las relaciones amorosas. El ser humano no es el único ... que la practica. Algunas especies (alrededor del 5% de los mamíferos y el 90% de las aves) también son 'fieles' a sus parejas, con las que incluso pueden llegar a permanecer toda la vida. Desde hace tiempo, los investigadores se han preguntado qué provoca este comportamiento, por qué algunos se mantienen unidos y crían juntos a su progenie mientras que otros no pueden evitar ser promiscuos, olvidarse de sus retoños e ir por ahí repartiendo generosamente su material genético.
La respuesta al interés por los cuidados parentales puede estar relacionada con unas células que investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York han descubierto en las glándulas adrenales de los ratones de playa, una especie monógama que se aparea con la misma pareja de por vida. Esas células, que evolucionaron hace tan solo 20.000 años y cuya función se desconocía hasta ahora, no se encuentran, sin embargo, en los ratones ciervo, una especie estrechamente emparentada que tiene una conducta promiscua, hasta el punto de que una sola camada puede tener cuatro padres distintos.
Más cuidadosos con sus crías
Los investigadores observaron que las glándulas adrenales de los ratones de playa, ubicadas en el abdomen y que producen la adrenalina y otras hormonas importantes para el comportamiento, eran seis veces más pesadas que las de los promiscuos, una diferencia de tamaño extraordinaria. Al intentar comprender el motivo, el equipo comprobó que un gen, Akr1c18, tenía mucha más actividad en los ratones monógamos. Produce una hormona conocida como 20⍺-hidroxiprogesterona (20⍺-OHP), descubierta hace décadas en los humanos y que también se encuentra en otros mamíferos, pero cuya función se desconocía.
Para comprobar si esta hormona estaba relacionada con la conducta parental del ratoncillo, los investigadores administraron una dosis a machos y hembras adultos de ambas especies. El aumento de la hormona impulsó el comportamiento de crianza en ambas especies de ratones, que implica construir el nido, agrupar a las crías en el mismo y acicalarlas. El 17 por ciento de los roedores promiscuos a los que se les administró la hormona se volvieron 'buenos padres', pero no influyó en el vínculo con su pareja.

«La hormona producida por estas células promovió específicamente el comportamiento parental (tanto de hembras como machos). Pero cuando le dimos la hormona a la especie de ratones promiscuos, no los hizo querer acurrucarse más con su pareja que con un ratón nuevo", explica Andrés Bendesky, investigador principal del Instituto Zuckerman y coautor del estudio que publica este miércoles la revista 'Nature'. "No podemos descartar por completo que no promueva la monogamia, pero por ahora todo indica que esta hormona (y por ende las nuevas células adrenales que la producen) preferencialmente promueven el comportamiento parental", subraya.
Según indica el investigador, hay una relación muy estrecha entre monogamia y comportamiento paternal por parte de los machos: "El 92% de las especies de mamíferos son promiscuas y entre ellas sólo hay tres casos en los que los machos se comporten paternalmente. En cambio, en el 8% de las especies de mamífero monógamas, más del 60% muestran un comportamiento paternal (de los machos) robusto. Esta correlación entre monogamia y comportamiento biparental también existe en aves y peces. Así que la monogamia y el comportamiento biparental están bastante relacionados evolutivamente», asegura.
La "zona inaudita"
Los investigadores identificaron un tipo celular en las glándulas suprarrenales de los ratoncillos de playa que no está presente en ningún otro roedor estudiado, y que es el responsable de la producción de 20⍺-OHP. Estas células ocupan una área nunca antes descrita que los autores bautizaron como «zona inaudita».
En las células de la zona inaudita, los investigadores encontraron que 194 genes, incluido Akr1c18, eran mucho más activos en comparación con los mismos genes en otras células adrenales. Los científicos estimaron que este nuevo tipo de célula evolucionó en los últimos 20.000 años, «lo que es sólo un abrir y cerrar de ojos cuando se trata de evolución», dice Bendesky.
Sin embargo, aún queda mucha incertidumbre sobre qué impulsa la evolución del comportamiento monógamo. Según el autor, la monogamia puede aumentar las posibilidades de que los padres cooperen para cuidar de sus hijos, ya que tienen más confianza en que son suyos. Al trabajar en equipo, aumentan las posibilidades de que la progenie sobreviva, especialmente cuando los recursos son limitados.
Depresión postparto
Los hallazgos podrían impulsar el desarrollo de nuevos fármacos para tratar los trastornos del comportamiento parental, como la depresión postparto. "Encontramos que la hormona producida por la zona inaudita en los ratones monógamos (20⍺-hidroxiprogesterona) se convierte en el cerebro en otra molécula llamada allo-pregnanediol (un tipo de neuroesteroide del que casi no se sabe nada). El allo-pregnanediol es casi idéntico a otra molécula llamada allo-pregnanolona y actúa en los mismos receptores en el cerebro (modulan al receptor del neurotransmisor GABA, igual que el diazepam y otros ansiolíticos)", dice el investigador.
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"Esto es interesante porque la allo-pregnanolona y un derivado muy parecido son los únicos medicamentos aprobados recientemente por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) para tratar la depresión postparto. Así que yo creo que tanto la 20⍺-hidroxiprogesterona como el allo-pregnanediol podrían probarse en humanos para tratar la depresión postparto -¡que afecta a casi 30% de las mujeres y afecta el trato a sus recién nacidos!-", afirma Bendesky. Cree que podrían probarse como ansiolíticos. "Es curioso que los ratones de playa estén produciendo mucha 20⍺-hidroxiprogesterona, como si estuvieran dosificándose a sí mismos para prevenir la depresión postparto", sugiere.
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