Baumgartner: «He estado preparando este día desde pequeñito»

Los nervios del salto se retrasan y se alargan en cinco días muy intensos en los que Felix Baumgartner ha tratado de no pensar demasiado en la segunda parte de su osado salto desde las puertas del cielo. El viento lo dejó el pasado martes sin saborear los 36.000 kilómetros de caída libre que protagonzian su proeza, y las ganas se acumulan: «He tenido todas las reuniones necesarias con el equipo del proyecto, en los que confío plenamente. Ahora, tan sólo esperamos a que el clima sea favorable».

El trabajo está hecho, solo hay que llevar, asegura el protagonista de una experiencia con la que trata de ayudar a la comunidad científica a desarrollar unos trajes más seguros para los pilotos: «Estaré orgulloso de ser la primera persona en romper la barrera del sonido en caída libre y de generar unos trajes espaciales más seguros para los aviadores y los turistas espaciales para el futuro».

El domingo, además, se cumplirán 65 años de que otro intrépido rompiera la barrera del sonido con un avión experimental, Chuck Yeager, lo que añade más simbolismo al reto de Baumgartner: «Todavía quedan retos que superar. He estado trabajando para llegar hasta aquí desde que, de pequeñito, me fijé en Joe Kittinger (aviador que saltó en 1960 desde los 30.000 metros de altura). Me sentiría muy orgulloso de pasar a formar parte de ese grupo de exploradores y pioneros », aseguró el austriaco.

El domingo, si el tiempo lo permite, volverá a mantener a medio mundo en vela pendiente de su salto desde las puertas del cielo.