Extranjero en tierra propia

Los altos precios de la comida y la bebida en los restaurantes y bares de los hoteles suelen estar dictados por la comodidad que implica tenerlo todo en el mismo sitio, a una llamada o un piso de distancia. Sin embargo, de un tiempo para acá, los hoteles no se conforman con sus huéspedes y han hecho de todo para que otros estén dispuestos a pagar esos costos. ¿A cambio de qué? De degustar platos exquisitos de chefs de renombre, de presenciar espectáculos culturales y de conocer rincones con encanto, antes reservados solo para sus huéspedes.

Por segundo año consecutivo el Gremi d'Hotels de Barcelona celebra la semana de las terrazas , desde ayer hasta este sábado 9 de junio. La iniciativa privada “ Avista d'Hotel”, apoyada por el Ayuntamiento, atrajo a más de 10.000 personas en su edición pasada, a pesar de que en 2011 el clima no estuvo del lado de los hoteleros.

Este año, 52 hoteles, 16 más que el año pasado, abren sus puertas a los barceloneses, para que disfruten desde las alturas las mejores vistas de la ciudad, amenizados por espectáculos musicales, de magia, talleres infantiles, exposiciones, entre otros. El gremio espera aumentar la cifra de visitantes a 15.000.

La agenda es prometedora, la intención es invitar a la gente de la ciudad a cruzar el umbral de los hoteles y conocer las vistas privilegiadas que tienen estos enclaves del “skyline” barcelonés. El tamaño de algunas, como las del D.O., en Plaza Reial, o la del Hotel Neri, en el Gótico, invitan a la intimidad y requieren reserva. Otras, más amplias, como la del Hotel Claris o el W, tienen cabida para todos. La agenda se puede consultar en la página web de la iniciativa.

Los altos precios de los restaurantes y bares de un hotel bien se pueden dejar de lado por una semana, si se aderezan de buen ambiente, buen servicio, buena música y, sobre todo, vistas de impacto.