Suscribete a
ABC Premium

Islamistas a la gresca en Egipto

Los salafistas radicales acusan de «traición» a los Hermanos Musulmanes por su apoyo a candidatos coptos

Islamistas a la gresca en Egipto efe

PAULA ROSAS

Nadie duda ya de que el nuevo Parlamento egipcio , que saldrá de los larguísimos comicios legislativos que ayer celebraban su última fase, estará dominado por los islamistas , que según pronósticos no oficiales, podrían superar el 70 por ciento de la cámara . Sin embargo, lo que cada vez parece más improbable es que las dos principales fuerzas de corte religioso, los Hermanos Musulmanes y los salafistas, enzarzados en agrias discusiones durante la campaña y en las elecciones, consigan llegar a algún tipo de acuerdo para gobernar en coalición.

El Partido Libertad y Justicia (PLJ) , el brazo político de la Hermandad, que podría haber ganado por ahora más del 40 por ciento de los votos, y Al Nur , la mayor formación salafista (fundamentalistas islámicos) y segunda en los comicios con más del 25 por ciento de los sufragios, han mantenido un tenso pulso a lo largo de toda la campaña electoral.

Ambos pelean por la misma masa de votantes piadosos y conservadores —aunque con algunas diferencias—, a la que han atendido a lo largo de las décadas con obras sociales. Los enfrentamientos verbales han llegado a las manos —e incluso a las armas en algún caso— a través de sus seguidores, que han protagonizado peleas en algunas zonas rurales como el oasis de Fayum y en algunos barrios populares. Las acusaciones mutuas de fraude también han sido constantes.

Desencuentros

La tercera fase de los comicios, que se inició ayer en 9 provincias egipcias, desvelaba un caso que ejemplifica bien esta rivalidad: en la región de Qaliubiya, el PLJ optaba por apoyar a un candidato copto (cristiano) en detrimento del nominado salafista, decisión que ha enfurecido a Al Nur, publicaba ayer el diario «Al Masry al Yum».

Los Hermanos temen que la imagen de moderación que han intentado forjarse en los últimos años pueda verse manchada por su asociación con los radicales salafistas. Hasta los propios salafistas , que buscan una réplica de la sociedad en la que vivía el profeta Mahoma y de los que ni siquiera está claro que apoyen la democracia, han intentado moderarse y frenar los pies o, al menos, tapar las bocas, de sus candidatos de verbo más suelto.

Desencuentros o no, aún está por ver el poder real que tendrá el nuevo parlamento, que no podrá formar gobierno, ya que se mantendrá el que impuso la junta militar hasta que se celebren elecciones presidenciales. Simbólicamente, o quizás por un capricho del destino, la primera sesión del nuevo Congreso se celebrará el próximo 23 de enero, dos días antes del aniversario del inicio de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak.

Doce meses después, los egipcios dudan de que el viejo dictador, del que ayer se reanudó su juicio, acabe sus días en la cárcel y muchos acusan a la junta militar, cuyos miembros fueron encumbrados por el propio «rais», de proteger al dictador. El fiscal jefe acusó ayer a Mubarak de corrupción y tiranía y aseguró que en la última década sólo se preocupó por situar bien a su hijo Gamal para que se sucediera en el cargo.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación