El Greco vuelve a casa
El Museo de Toledo abre de nuevo sus puertas tras más de cuatro años de obras

Después de algo más de cuatro años de trabajos y meticulosas intervenciones, el Museo del Greco de Toledo ha abierto este jueves sus puertas con una nueva imagen que supone la renovación del discurso expositivo, según destaacó el subdirector general de Museos Estatales, Enrique Varela. La intervención, con un presupuesto superior a los seis millones de euros, además de renovar y adecuar las instalaciones y de suprimir barreras arquitectónicas, ha sumado un pabellón de nueva planta (realizado en hormigón y vidrio) como zona de acogida a visitantes, que conecta con el jardín histórico, uno de sus grandes valores. También se han recuperado unas cuevas medievales como área visitable, que podrían formar parte del antiguo palacio de Samuel Levi, ahora sinagoga que alberga el Museo Sefardí. «Se ha hecho un esfuerzo por dotar al Museo del Greco de un equipamiento, unas infraestructuras y unos servicios acordes a un museo del siglo XXI, y por convertir un espacio angosto en accesible», ha explicado Varela.
En cuanto a las salas del museo, destacan la del Apostolado, que Varela ha definido como la joya de la Corona, porque recoge la serie de los doce apóstoles y el Salvador que Doménico Teotocópulos pintó hacia 1607, junto a una de sus obras cumbres, Las lágrimas de San Pedro. Otro espacio emblemático del museo es la capilla, en la que destacan su impresionante bóveda y el retrato de San Bernardino, que confronta con otra de las obras representativas del Greco «Vista y plano de Toledo», situada justamente en la sala contigua, la biblioteca.
El renovado Museo del Greco incluye una sala dedicada al hijo del pintor, Jorge Manuel, en la que destaca la copia que el restaurador Jerónimo Seisdedos hizo del cuadro «La familia del Greco», pintado por Jorge Manuel. Y, como novedad, se ha dedicado una sala al principal discípulo del Greco, Luis Tristán, del que se muestran seis obras, cedidas algunas por el Museo del Prado, la Diputación de Toledo y el Museo Nacional de Artes Decorativas. También destaca la Sala de Arte Español, en la que se exhiben obras de los mejores autores de los siglos XVI y XVII, entre ellas un retrato de Sorolla del fundador y creador del Museo del Greco, Benigno Vega, marqués de la Vega-Inclán, y una copia de Madrazo de la Sagrada Familia del Greco. En total 104 obras, de las 1.950 que pertenecen al Museo del Greco, que, en su nueva etapa pierde su tradicional nomenclatura (Casa-Museo del Greco), para llamarse solamente Museo del Greco, al haberse documentado que no fue la vivienda real del pintor.
A la reapertura del Museo del Greco acudió la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, quien ha celebrado que la reinauguración del museo se haya realizado «con el mismo entusiasmo» que hace un siglo, en junio de 1911. La ministra habló del Greco como «un ejemplo de industria cultural» y ha citado como ejemplo su forma de trabajar «por encargos; entendía el arte como algo intangible y también como fábrica». Alabó también la figura del marques de la Vega-Inclán, pues con la creación del museo «dio un impulso económico y social sin precedentes, convirtiéndose en el primer negocio cultural privado en la historia moderna de nuestro país».
Tanto el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, como el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, agradecieron al Ministerio de Cultura la actuación llevada a cabo en el Museo del Greco que será «rentable» para la ciudad y el resto de la sociedad. «Cuando llegue 2014, cuarto centenario de la muerte del pintor cretense, volveremos a situarle en el centro de la escena», ha afirmado Barreda.
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