España pospone su venganza hasta el Mundial

Había ganas de revancha por lo sucedido en los Juegos de Pekín, pero habrá que esperar a Turquía. España estuvo muy cerca pero no consiguió cerrar invicta la gira de preparación para la cita mundialista al caer ante los norteamericanos en el último test. Kevin Durant fue el mejor del partido.

Sergio Scariolo se vio obligado a solicitar el primer tiempo muerto cuando sólo se habían consumido 2,40 minutos del primer parcial. Fue la prueba de que lo que había preparado a lo largo de la semana no funcionó de salida. Los norteamericanos saltaron a la cancha picados por alguno de los comentarios que han oído desde que han llegado a España y ahogaron a una selección que desconcertó por instantes a los aficionados. La gran imagen ofrecida en los partidos previos de preparación para el Mundial no correspondió con lo demostrado anoche en la Caja Mágica en un primer tiempo para olvidar. El campeón olímpico dominó casi hasta el final y los españoles no encontraron hasta la reanudación la fórmula para hacer daño a un rival muy motivado.

Los porcentajes de tiro fueron de mal en peor en la primera parte —35% en tiros de dos y 23% en lanzamientos de tres— y sólo Ricky Rubio estuvo metido en el arranque de en un partido extraño para una selección acostumbrada a los éxitos en los últimos tiempos. Los norteamericanos tenían perfectamente estudiado a los españoles y especialmente al hombre que más daño les podía hacer bajo los aros, Marc Gasol. Mike Krzyzewski cuenta con un equipo de poca altura en centímetros que, sin embargo, defiende a la perfección. El pívot español, muy flojo, tardó más de siete minutos en anotar sus dos primeros puntos y lo hizo con dos tiros libres. Con el catalán maniatado, la opción fue buscar el perímetro, pero tampoco fue la noche de los tiradores. Sólo Navarro, con 11 puntos al descanso, mantuvo el tipo, pero no contó con la ayuda de los suyos y su anotación resultó insuficiente. Con este panorama inesperado, EE.UU. no tuvo problemas en poner tierra de por medio para lograr una máxima ventaja de catorce puntos (20-34) en el segundo cuarto.

La defensa que tan buen resultado ha dado a los de Scariolo en la gira para preparar la cita mundialista tampoco funcionó. El pasillo para los norteamericanos se convirtió en una autopista de cuatro carrilles y las entradas a canasta fueron constantes. Durant (9 puntos) y Billups (8) se aprovecharon de ello y terminaron como máximos anotadores de su equipo en este periodo. A pesar de la decepción de su juego, España consiguió mantenerse en el partido y estabilizar su desventaja en los diez puntos (33-45).

La bronca del seleccionador debió ser monumental en la caseta porque España cambió su cara en la reanudación. La inspiración perdida regresó de la mano de Ricky Rubio, el mejor anoche, que guió a la selección a solo dos puntos de desventaja (53-55) y devolvió la emoción. Fue un espejismo porque echó por tierra el esfuerzo en un pésimo minuto final que permitió a EE.UU. recobrar la tranquilidad (58-69) al término del tercer parcial.

España tiró de orgulló y logró llegar a los últimos 16 segundos un solo punto por debajo y con posesión de balón. La defensa rival evitó el milagro (85-86).